El mundial de MotoGP regresa esta semana a la Península Ibérica para disputar el Gran Premi de Catalunya en el Circuit de Barcelona-Catalunya. Este trazado, más conocido como Montmeló, nos ha regalado impresionantes batallas desde su entrada en el calendario, con un recorrido atractivo que se presta a adelantar. Con los tiempos ajustados y las escasas diferencias entre los 15 primeros, la carrera en grupo está casi asegurada, lo que se traducirá en una emisión vibrante. Y es que, en la 'aburrida' era 800 ya pudimos gozar de batallas que terminaron por pasar a la historia. Una de ellas, que será la que nos ocupe en este artículo, es la edición del 2009, cuando Valentino Rossi y Jorge Lorenzo se jugaron la victoria hasta la última curva.
Hace ahora 10 años, el mundial de MotoGP se encontraba en un punto crítico, en lo que a audiencias se refiere. Los motores de 800cc. no terminaron de ser todo lo similares que se esperaba, y las carreras en solitario eran el pan de cada domingo. Fue en ese preciso instante cuando Valentino Rossi y su compañero de equipo Jorge Lorenzo, ambos a los mandos de sendas Yamaha M1, se pusieron de acuerdo para regalarnos un fin de semana único. Con Casey Stoner (cuarto en la carrera por el título, junto a Dani Pedrosa) fuera de combate debido a una enfermedad gastrointestinal, ambos europeos (que por aquel entonces ya tenían más diferencias que puntos de unión) se encontraron con vía libre para hacer su 'show'.
El sábado, Jorge Lorenzo se llevó la pole position, con Valentino Rossi a tan solo 0.013 segundos. A más de medio segundo calificó Stoner, por delante de Dovizioso, Elías y Edwards. Dani Pedrosa, que salió a pista infiltrado por la reciente lesión en una de sus piernas, sufrió durante todas las sesiones, partiendo desde la octava plaza. Con sus dos máximos rivales luchando contra el dolor, los de Yamaha no tuvieron demasiadas complicaciones a la hora de imponer su ritmo y marcharse en solitario.
Empezó entonces un toma y daca que se mantuvo hasta la última vuelta, en un duelo cuerpo a cuerpo al estilo más clásico. Por un lado estaba el experimentado Valentino, piloto consagrado en este tipo de duelos, y en el otro Jorge Lorenzo, que todavía estaba en su segunda temporada en MotoGP. Los adelantamientos eran constantes, 'in crescendo' conforme se agotaban las 25 vueltas de las cuales constaba la prueba. Rossi hizo valer sus grandes dotes como frenador, materia en la que a Jorge le faltaba algo de rodaje, dejando espectaculares frenadas a final de recta que terminaron por pasar a la historia del motociclismo.
Las vueltas siguieron pasando, y resultaba difícil vislumbrar a un claro vencedor. Rossi realizó el penúltimo paso por meta al frente, aunque en la entrada a la primera curva perdió el liderato en favor de Jorge. A punto estuvieron de tocarse en las dos primeras enlazas, y en la curva Repsol Rossi adelantó a Lorenzo, entrando largo, y este se la devolvió sin contemplaciones. El mallorquín mantuvo la primera posición el resto de la vuelta, y con sus trayectorias defensivas parecía que sería él quien se iba a llevar el gato al agua.
Sin embargo, Rossi tenía guardado un as bajo la manga, y en la última curva aprovechó que Lorenzo había dejado la puerta abierta para, tumbado a más de 180 km/h, ganarle la posición y hacerse con el Gran Premio. El movimiento, que muchos tildaron de suicida, fue totalmente inesperado, siendo un punto donde pocos se atreven a realizar este tipo de acciones. El propio dorsal #46 admitiría, años más tarde, que la moto "se movía por todos lados" y que comenzó a "rezar para no irme al suelo" y llevarse puesto a Lorenzo. Para la alegría de todos, el adelantamiento salió a pedir de boca, y todos los aficionados apagamos el televisor con una gran sonrisa.
Por detrás, Stoner entró a casi nueve segundos de Lorenzo, exhausto tras tener que luchar con Dovizioso por el último cajón del podio. Esos 16 puntos hicieron que los tres primeros clasificados del campeonato (Rossi, Lorenzo y el propio Casey) empataran en la general, con 106 puntos y dos victorias por cabeza. Pedrosa, también exánime por el dolor de su pierna, consiguió ganar un par de posiciones, hasta cruzar meta en sexto lugar.
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