En 2016, Honda colocó a sus pilotos en las posiciones cuarta y quinta de la general. El ahora fallecido Nicky Hayden lograba, en la Race 2 de Sepang, el último triunfo hasta la fecha de Honda en el mundial de Superbike. Desde entonces, el rendimiento de Honda ha ido decayendo hasta llegar a un 2019 en el que acabar una carrera en Top 10 era noticia.
2019, tocando fondo
En el pasado 2019, el equipo oficial de Honda contó con la presencia de Moriwaki. En cuanto a la alineación de pilotos, Leon Camier firmó para su segunda temporada con los japoneses. Al otro lado del box se encontraba un veterano Ryuichi Kiyonari, una decisión sorprendente teniendo en cuenta que se trataba de un piloto que había disputado su última carrera en el mundial de SBK en 2010 y que no había competido fuera de Japón desde 2016.El rendimiento del japonés fue, tal y como se podía esperar, mediocre. Kiyonari no completó una sola carrera en el Top 10 y finalizó la temporada 19º, el último de los pilotos que disputaron la temporada completa. En cuanto a Camier, su temporada empezó en la misma línea que la de su compañero. Se confirmaba por tanto que la moto era, sin duda, la menos competitiva de la parrilla y que cualquier opción de luchar por algo importante estaba descartada.
Camier, sin embargo, conseguía, en términos generales, sacar más de la moto que Kiyonari. Su progresión, no obstante, fue truncada por una lesión que le obligó a perderse cinco rondas completas. Curiosamente, uno de los pilotos que le reemplazó durante la lesión, Yuki Takahashi, conseguía en Misano el mejor resultado de la temporada para la marca al ser octavo.
Este octavo de Takahashi lo superaría el propio Camier en la carrera en la que volvió a correr tras recuperarse. El francés fue séptimo en la primera carrera de Magny-Cours y puntuó en todas las carreras largas en lo que restaba de temporada. Así, pese a la lesión, acabó el campeonato en 17º lugar, por delante de Kiyonari.
La temporada fue, por tanto, para olvidar en todos los sentidos. Honda, uno de los fabricantes de motos más importantes del mundo, ha visto como, en la categoría de motos derivadas de serie, han mostrado un rendimiento pésimo, impropio de un fabricante de su calibre. Sin embargo, desde Japón parece que se ha tomado la decisión de revertir esta situación.
Borrón y cuenta nueva
Si bien el rendimiento en sí que ofrecerá Honda en este 2020 es, a día de hoy una incógnita, es evidente que se está trabajando para resurgir y volver a ser relevantes en la categoría. En primer lugar, la moto con la que competirán será la nueva CBR1000RR-R. Esta máquina, evolución de la CBR-1000RR, emplea tecnología importada directamente de la RC213V de MotoGP, incluido un nuevo motor.
Con esta máquina, increíblemente potente, Honda debería encontrar al menos parte de esa velocidad de la que ha carecido en los últimos años. Además, HRC vuelve al mundial para brindar apoyo directo de fábrica. A raíz de esto, Honda alineará cuatro motos, dos en el equipo oficial y dos en el Moriwaki Althea.
La revolución no se limita a la cuestión mecánica y tecnológica, pues Honda ha ido con todo y ha incorporado a pilotos de talla mundial. En el equipo oficial, Álvaro Bautista y Leon Haslam formarán una dupla que es, sin duda, de las mejores de la parrilla. Bautista llega de Ducati tras un gran debut en el mundial. Su temporada, pese a ir de más a menos, fue lo suficientemente buena para hacerse con el subcampeonato.
Junto al talaverano, el veterano Haslam aportará su gran experiencia al proyecto tras salir de Kawasaki. Por otra parte, la representación japonesa seguirá en el Moriwaki Althea con la presencia de Takumi Takahashi, que ha realizado alguna sustitución en SBK en años recientes. Su compañero está por confirmar oficialmente, pero los rumores apuntan a que será el español Jordi Torres, que también disputará la temporada de MotoE.
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