Cinco minutos para la hora de la verdad, es el instante para colocarse el mono, activar los sensores de este. Se acerca el momento, los pilotos respiran profundamente y mientras se ponen el casco, reciben las últimas instrucciones por parte de su ingeniero de pista, donde le informan de las condiciones de pista. Han pasado tres minutos con la tontería, en dos se abre el pit-lane y aprovechan para cerrar los ojos y memorizar y recordar cada metro de la pista, para poder batir su mejor registro y conseguir el mejor resultado posible.
Se suben a la moto, van avanzando poco a poco por los boxes, se acomodan sobre su montura y de lejos ven cambiar el semáforo de color, la sesión ha comenzado y su mente cambia la forma de trabajar. Son ellos mismos su único rival a batir, deben de arriesgar en cada curva, no pueden cometer errores y un misero centímetro que se vayan de la trayectoria le harán perder la primera fila.En ese mismo momento cada representante está luchando por su piloto para poder conseguirle la mejor montura que hay en parrilla, esa en la que no paran de soñar. Pero no todo depende de esas negociaciones, saben que los equipos están mirando sus resultados en la pista, por lo que tienen la presión exterior con un tinte y aroma de la propia, que hace que esa lucha contra él mismo sea más importante que no defraudar a todos los que les apoyan.
Partía como principal favorito a conseguir el título de Moto3, puesto que tenía la suficiente confianza con la montura que participaba y no tenía rival, pero no fueron fáciles las primeras carreras. Jorge Navarro había probado suerte la temporada 2015, donde se hizo con la moto y sobre todo con el equipo técnico, haciendo que su forma de trabajar sea realmente productiva, ya que constantemente estaba en las posiciones de cabeza.
El piloto de la Pobla de Vallbona ha tenido una temporada bastante irregular. No lograba terminar las carreras de forma constante en las posiciones de cabeza, perdiendo puntos muy valiosos y no podía hacer nada para intentar evitarlo. Pero pese a esos resultados finales no todo han sido resultados malos, puesto que el piloto del Estrella Galicia 0,0 ha conseguido mostrar durante todas las sesiones de entrenamientos que tenía un ritmo realmente competitivo, ya que ha conseguido estar de forma continuada en las plazas de cabeza.
El valenciano que lleva el dorsal número 0,9, a modo de publicidad del patrocinador que da nombre al equipo, le ha faltado conseguir que esos resultados fueran regulares, ya sea por sus ganas de seguir avanzando o por accidentes, no ha podido hacerlo. Navarro ha podido estar batallando por los puestos de cabeza de forma constante, pero las ansias de poder lograr una victoria que no llegó hasta el Gran Premio de Cataluña durante el pasado mes de junio, sus resultados fueron posteriormente cuesta abajo, consiguiendo un total de dos ceros en tan solo tres carreras; que sumados a los anteriores, había perdido una gran cantidad de puntos siendo cada vez más complicado batallar por el título.
Desde que durante la disputa del Gran Premio de Gran Bretaña se anunciara su salto a la categoría intermedia, la temporada del joven piloto ha ido en caída libre desde que en Alemania se lesionó la tibía y el peroné. Con un total de seis citas disputadas de la segunda mitad de temporada, tan solo ha finalizado una, Aragón, en la que consiguió la victoria. Tras este resultado ha visto como las posibilidades de conseguir batallar por el título o subcampeonato se iban a menos, viéndose superado por Enea Bastianini.
Navarro tiene que gastar su última carta, sin embargo sus últimos resultados no le acompañan, los ceros que ha ido marcando hace que la inseguridad encima de la Honda vaya a más en cada instante. Esa última oportunidad que tiene guardada pero no sabe como emplearla. Será un todo o nada, tiene 21 puntos que recuperar de 25 en juego. Es complicado, pero eso no significa que sea imposible. Por lo que intentará darlo todo en la pista para poder irse de la categoría pequeña con el subcampeonato bajo el brazo. Pero no será fácil, ya que tiene que batallar contra los indomables Enea Bastianini y Brad Binder, aunque seguramente se le sumen a la fiesta más pilotos, que vienen apretando los dientes desde hace varias carreras, evidenciando la evolución que están teniendo.
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