Paolo tiene una petición para las gradas en Cheste: "En lugar de un minuto de silencio, en el GP de Valencia del próximo domingo querría que se hiciera un minuto de jaleo con todas las motos de MotoGP, de Moto2 y de 125cc encendidas, que rujan a la vez sus motores".
"Ha venido gente de toda Italia y del extranjero para despedir a Marco. Lloran y soy yo quien les tiene que consolar. A veces pienso que Marco ha sido un ángel. Este calor me hace sentir mejor y nos está ayudando mucho también a nosotros. Creo que la clave de todo este afecto es su sonrisa", agregó.
Su mayor regalo, el circuito de Misano
En el funeral de Marco, Paolo salió a la calle y se sentó en el suelo junto al féretro y amigos de su hijo. Para él resulta un regalo enorme que el circuito de Misano pase a llamarse Marco Simoncelli. A pesar de que es un circuito que le gustaba menos que otros, es un gran regalo.
"Yo estaría dispuesto a hacer un museo de Marco con su ropa y sus cosas, para que los aficionados puedan rendirle homenaje", comentó.
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