Sería imposible enumerar los progresos realizados por Aleix Espargaró y Maverick Viñales sobre el prototipo de 1000cc de Hamamatsu. Además de conseguir mejorar las sensaciones sobre la moto, ambos pilotos junto a los técnicos han conseguido evolucionar en gran medida la electrónica, mejorar el chasis y sus respuestas, avanzar en la parte ciclo de la moto y dotar a los propulsores de una fiabilidad inédita, al menos si miramos a Valencia. Por no hablar de la nueva aerodinámica. Con ello, los pilotos han conseguido dar pasos adelante también en el paso por curva, en estabilidad en frenada, en tracción y aceleración. En definitiva, casi es una moto nueva.
Asignatura pendiente
Sin embargo, hay todavía algunos aspectos a mejorar. El ritmo en carrera y la gestión de neumáticos puede ser mejor, pero la gran asignatura pendiente para Suzuki es los problemas de potencia de su motor. Tanto Maverick Viñales como Aleix Espargaró, que a una vuelta rápida se han defendido muy bien, han notificado la falta de potencia del propulsor de la GSX-RR. En términos de velocidad punta y aceleración, parece ser que las monturas de Suzuki sufren en recta respecto al resto de fabricantes, al menos en un trazado con rectas tan largas como el de Sepang.
Es por ello que Suzuki está preparando una nueva evolución del motor. Podría llegar en el test de Losail, pero lo que está claro es que es necesaria si la Suzuki quiere empezar la temporada a un nivel más competitivo. Aunque el fabricante no se marca objetivos, lo cierto es que estar en las primeras carreras cerca o a la par de los pilotos satélite de Honda y Yamaha puede ser un buen punto de partida. A partir de ahí, toca seguir trabajando.
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