El título mundial para Pecco Bagnaia está prácticamente imposible. Con la mitad de temporada por delante, se encuentra con 81 puntos, a 91 del líder hasta el momento, Fabio Quartararo. El francés se está mostrando muy sólido y concentrado, al contrario que Pecco, que está sufriendo varios fallos. Puede que sea la presión y el alto nivel que le está llevando Fabio, pero el de Ducati tiene que dar un golpe sobre la mesa y ser el piloto de Mugello.
Y Assen es una pista donde, aunque no se adapta a las características de la Ducati, se le da muy bien al #63. Allí venció por primera vez. "Estoy feliz de volver a la pista este fin de semana en Assen: es una pista especial para mí porque fue aquí donde obtuve mi primera victoria en el Campeonato del Mundo. ¡Incluso lo tengo tatuado en el brazo!", ha recordado.Aunque recuerda que la carrera del año pasado fue mala, donde finalizó 6º a 10 segundos del ganador. Pero este año cree será distinto y pueda luchar al menos por el podio. "Desafortunadamente, tuvimos muchos problemas el año pasado, pero estoy convencido de que las cosas serán diferentes este año", comentó el piloto de 25 años.
En Assen solo Casey Stoner en 2008 ha sido capaz de ganar con la Ducati, y Pecco quiere intentar acabar con la sequía, y recalca que en Sachsenring tampoco estaba para ganar, y estuvo luchando por ello. "Incluso en Alemania, no estábamos entre los favoritos, pero al final, fuimos muy competitivos en Sachsenring durante todo el fin de semana", afirmaba, lamentándose de su caída cuando rodaba 2º. "Por eso estoy aún más decepcionado por la caída en carrera porque hasta entonces todo había ido perfecto", recordaba.
No está siendo el año que esperaba, pero quiere irse de vacaciones con un buen sabor de boca. "Quiero compensarlo aquí en Holanda y terminar con una nota positiva esta primera parte de la temporada, antes de las vacaciones de verano", ha zanjado el turinés, que tiene como mejor resultado las victorias en 2018 en Moto2 y 2016 en Moto3.
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