Cuando vienen mal dadas y se aprende a malvivir en el paredón. Cuando tus propios fans rememoran la épica de antaño con melancolía más que con nostalgia. Cuando todo son dudas, Dani Pedrosa. Y es que el piloto de Honda venció en Misano cortando tres orejas a modo reivindicativo, las de Rossi, Lorenzo y Márquez, y envió un mensaje contundente a los que le daban por muerto. Y de paso, volvió a ser el compañero útil que tanto añoraba Márquez, ya que Rossi terminó resignado por el empuje de Pedrosa.
El italiano cruzó el segundo la meta y, aunque arañó unos pocos puntos a Marc, se antoja casi imposible que Valentino sea capaz de reducir a cenizas los 43 puntos de diferencia que le separan del liderato del de Cervera. Más que nada porque Márquez sabe lo que se hace y la locura transitoria del pasado se ha transformado en sensatez.Y luego está Jorge Lorenzo. Y su diván.Tercero en Misano, la carrera de hoy ha servido para que el mallorquín diese un impulso a su minada confianza. Una confianza en sí mismo que parece estar muy tocada. Y se nota, sobre todo, en las faltas de concentración que acumula desde tiempo ha en ciertos momentos. Igualmente, el resultado de hoy le sirve para huir de la espiral negativa en la que se encontraba.
Un puñal llamado Pedrosa
Lorenzo, que partía desde la pole, empezó comandando la carrera y en el inicio de la misma transmitió la sensación de que en Misano podía ser diferente, emulando al Lorenzo que todos conocemos cuando se encuentra en cabeza sin ninguna referencia por delante. Sinónimo de victoria en la teoría. Pero el mallorquín no es el de antes y sumado a la necesidad de Rossi por contentar a su gente y por acercarse en la clasificación a Márquez, provocó que el italiano dejara atrás con celeridad a su compañero en Yamaha.
Mientras Rossi intentaba la huída, Márquez se esmeraba en no alejarse demasiado de su rival por el título y se acercaba a Lorenzo tras sobrepasar a Maverick, quien no tuvo un día tan brillante como en Silverstone, aunque acabó quinto. Acostumbrarse al caviar es lo que tiene. Sin embargo, el más cómodo sobre el trazado transalpino era un invitado no esperado. Pedrosa inició una escalada espectacular a golpe de record del circuito -tres ni más ni menos- para auparse a la cabeza después de tres adelantamientos de campeón. Era la crónica de una victoria anunciada.
Épicas aparte, la calculadora de Márquez sigue funcionando y el cerco se estrecha sobre Rossi, que a pesar de haber recortado puntos al de Cervera en las últimas carreras, salvo catástrofe de dimensiones bíblicas -ojo, un cero de Marc y una victoria de Valentino borraría la utopía-, este campeonato parece tener nombre y apellidos desde hace tiempo, más por la seguridad y confianza del catalán que por la capacidad de Rossi para alcanzarle.
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