Era el final que todos esperaban. La crispación reinaba en el ambiente, cuando desde el equipo de fábrica de Yamaha, es decir, desde Movistar Yamaha MotoGP, oficializaban el fichaje de Maverick Viñales como sustituto de Jorge Lorenzo. Ese instante marcó un antes y un después en la relación que había entre Pol Espargaró y la marca japonesa. Era el principio del fin.
El propietario del equipo satélite de la firma de los diapasones, Hervé Poncharal, ha señalado que en el momento de recibir la noticia de que no era el escogido por el equipo de fábrica perdió la ilusión: "Tenia una relación muy estrecha con Pol (...)Pero con el tiempo me di cuenta, más o menos sobre el GP de Mugello, que no podiamos mantener Pol. Yamaha le habia hecho una oferta por un año con una opción para 2018. Pol no fue entusiasta. He observado que Pol estaba profundamente conmocionado y triste cuando se dio cuenta de que Yamaha no le tuvo en cuenta ni apostó por él para ser el sucesor de Jorge Lorenzo. El esperaba ser el elegido para ese puesto en 2017".Fue precisamente en ese instante cuando se dio cuenta de que lo mejor era tomar caminos separados después de tres temporadas, puesto que en caso de continuar trabajando juntos habrían acabado mal. Por lo que comprende a la perfección la decisión del piloto de Granollers por fichar por el equipo KTM, teniendo por tanto, la posibilidad de competir en un equipo de fábrica, cumpliendo así un sueño: "Rápidamente me di cuenta de que, por lo tanto, era el final de un sueño y una relación profesional entre Yamaha y Pol Espargaró que tan solo ha durado tres años, que fueron los que tenía por contrato con Yamaha. Incluso si hubiera decidido quedarse, la historia hubiera tenido un mal sabor para él. Tenía la sensación de que si continuaba con nosotros no tendría ninguna opción de subir a un equipo de fábrica. Por lo tanto, no dudó por mucho tiempo, cuando firmó el acuerdo con KTM. Él quería trabajar con un proyecto real de fábrica".
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