La Federación Internacional de Motociclismo (FIM) está investigando unas supuestas irregularidades cometidas en los entrenamientos privados por algunos pilotos. Por el momento, los implicados serían el piloto de Moto3 Sergio García Dols, y el piloto de MotoGP Fabio Quartararo. Estas investigaciones habrían dado comienzo tras la queja formal de un equipo rival, en base a una vulneración del artículo 1.15.1 C del reglamento.
Este artículo estipula que se permite el entrenamiento del piloto en cualquier momento y en cualquier circuito, bajo unas condiciones. La primera de ellas es que dicha actividad en pista no se permitirá en un circuito de Gran Premio 14 días antes de disputarse una prueba en ese circuito, salvo que Dirección de Carrera lo autorice. La segunda condición consiste en que los pilotos deberán usar para esos entrenamientos motos homologadas de calle, y no podrán usar en ningún caso sus motos de competición.Sin embargo sí están permitidos los cambios y mejoras en dichas motos, siempre y cuando se comuniquen con antelación al Director Técnico del campeonato, quien debe aprobarlos. Entre estos cambios se incluyen: ruedas; pinas de freno, cilindros y discos (no están permitidos los de carbono); suspensión delantera y trasera; retirada de piezas; reposapiés, manillar y palancas de control; y neumáticos, aunque no están permitidos los de competición.
Además, existen otras reglas más específicas para las categorías inferiores. En la categoría intermedia, si se usa una moto Triumph, la diferencia de cilindrada debe ser de 100cc respecto a un motor de Moto2. En cuanto a Moto3, si la marca usada es la misma que en carrera, debe haber una diferencia de 50cc.
En el caso de Quartararo, el piloto francés probó la Yamaha R1 en el circuito Paul Ricard en Francia a mediados de junio. Esta moto fue preparada por Tech-Solutions, y se compartieron imágenes de los entrenamientos y la moto en redes tanto del piloto como de Tech-Solutions. En estas imágenes podían verse montadas piezas que no cumplirían la normativa.
Con el fin de llegar al fondo de esta investigación, los pilotos tendrán que comparecer ante los funcionarios de la FIM en Jerez, durante la celebración del primer Gran Premio de MotoGP, del 17 al 19 de julio. Sin embargo, no se esperan sanciones significativas para los pilotos.
Paolo Ciabatti: "Una declaración de la FIM debe contener nombres e indicaciones precisas"
No obstante, estos hechos han generado distintas opiniones en el paddock. Uno de los primeros en pronunciarse al respecto ha sido Paolo Ciabatti, el director deportivo de Ducati. Desde el medio italiano GPOne han recogido sus impresiones al respecto, a pesar de que la marca de Borgo Panigale no está implicada en esta cuestión.
Ciabatti discrepa en la forma en la que la FIM ha gestionado este caso: "Estoy de acuerdo en que una declaración de la FIM debe contener nombres e indicaciones precisas para evitar la especulación. En un caso como éste, habría sido más apropiado y adecuado una queja privada a los equipos para darles la oportunidad de responder", ha dicho.
Según el italiano, desde la FIM se pretende evitar que los pilotos entrenen con una Superbike de verdad. "El motor no debe ser tan elaborado como el de una Superbike, ni debe tener una electrónica Superbike que, por supuesto, es muy diferente a la moto de producción". Por lo tanto, Quartararo podría haber pilotado su moto, aunque con la electrónica de la R1 de Superbike.
"El hecho es que con la propagación de las redes sociales, son los propios pilotos los que anuncian lo que hacen" ha opinado Ciabatti sobre el hecho de que haya sido una foto en Instagram la que ha iniciado toda esta investigación. Sin embargo, Quartararo no es ni el primer ni el único piloto en hacer este tipo de publicaciones. "Me parece, por ejemplo, que leí que el propio Nakagami dijo que solía hacer su entrenamiento en la Honda CBR 1000 RR-R de Álvaro Bautista", ha concluido el director deportivo de Ducati.
La FIM sólo revisará los motores en casos especiales
Continúan los cambios en los protocolos y procedimientos de cara a la temporada 2020. Debido a la crisis sanitaria, todo el paddock ha tenido que adaptarse para poder llevar a cabo la celebración del Campoenato del Mundo de MotoGP con el mínimo riesgo de contagio de los implicados.
En este caso, se ha tomado una nueva medida con respecto a la revisión de motores por la FIM. Todos los cambios y variaciones a nivel técnico en motos y circuitos deben ser revisados y aprobados por la Federación Internacional de Motociclismo, lo que supone un gran trabajo antes de cada fin de semana de gran premio.
Este año, debido a la reducción en el número de carreras del campeonato, la Grand Prix Comission tomó a finales de mayo la decisión de reducir también el número de motores permitidos. Esto implica que los pilotos ya no comenzarían el mundial con siete motores a su disposición, en su lugar comenzarán con cuatro o cinco, dependiendo del número de carreras que se disputen finalmente.
Hay que tener en cuenta también que en algunos casos se celebrarán dos GGPP el mismo fin de semana, con lo cual no se dispone de tiempo para controlar todos esos detalles técnicos. Por lo tanto, la FIM no abrirá ningún motor hasta que la temporada haya finalizado, a menos que exista una reclamación o sospecha razonable de que se hayan producido irregularidades.
Además, la FIM ya dispone de una muestra del motor de los fabricantes, que deben entregar antes del inicio del mundial. Los equipos que no califican para concesiones, esto es, Honda, Ducati, Yamaha y Suzuki, entregaron estas muestras junto con los planos digitalizados hace meses. Sin embargo, para KTM y Aprilia, equipos con concesiones, el plazo se amplió hasta el pasado 29 de junio.
Todas estas muestras serán selladas en Jerez por los técnicos de la FIM, y posteriormente se entregarán a sus propietarios, que tendrán la obligación de llevarlas a todos los grandes premios por si se necesitase alguna comprobación. La idea inicial es la de hacer comprobaciones externas y sobre gráficos, pero no abrir ningún motor durante la temporada hasta la última carrera.
No obstante, en los casos donde la FIM se vea obligada a intervenir, el motor se apartará de la rotación del equipo, por lo que se perderá uno de los propulsores permitidos durante la temporada, y se revisará al final de esta. A nivel de prestaciones, cada motor debe ser idéntico a la pieza entregada en su momento, de incumplirse esta normativa habrá sanciones para los involucrados.
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