Nadie dijo que hacer un sueño realidad fuera sencillo, y mucho menos en el complicado mundo de la competición de las dos ruedas. En éste los pilotos reciben los consejos de su equipo y entorno de confianza para que en un futuro puedan competir en las mismas categorías que vieron pilotar a sus ídolos.
Detrás de todo proyecto existe un sacrificio y un trabajo en el que un grupo de personas desarrollan su rol con el objetivo de sacarlo adelante. Se comienza normalmente por las competiciones de promoción, en las que se intenta despuntar desde el inicio sacando el máximo partido al potencial de su montura y a la del piloto.En pocas ocasiones es llegar y besar el santo, y esta no es una de ellas. Horas de sueño, de sufrimiento y esfuerzo están detrás de un proyecto que hace tres años llegó al mundial de Moto3 y un corto pero intenso recorrido en el FIM CEV REPSOL les abala, en los que pusieron contra las cuerdas el título de un joven Fabio Quartararo, luchando contra el Estrella Galicia 0.0 junior Team.
El RBA BOÉ Racing Team parece otro de aquel tímido equipo que debutaba hace tres años en el Mundial de Moto3. El rodaje ha hecho que vayan perfeccionando una técnica que no se asemejaba nada a la del Campeonato de España, haciendo que la profesionalidad y motivación vaya aumentando desde el primer instante, aunque hay que reconocer que normalmente las primeras temporadas y más en la alta competición son aquellas que se toman como adaptación y conocer el certamen en sí.
La pasada temporada se produjo en sus filas un cambio de aires que propició una mejora sustancial en el estilo de trabajo del equipo. Necesitaban aire fresco y esto se tradujo en una nueva decoración, con una suma importante de sponsors y mejores resultados que la temporada anterior, viendo como la confianza en la labor que iban desempeñando se veía reflejada en unos resultados alentadores de cara a la presente temporada.
El tándem formado por el hispano argentino Gabriel Rodrigo y el lorquino Juanfran Guevara ha provocado esta nueva tendencia y dinámica, en la que el equipo español se encuentra batallando por las posiciones del top 10 en cada Gran Premio. Es raro la cita del calendario en el que no veamos a ambos pilotos saliendo a la par a pista, realizando simulaciones cruzadas o intercambiándose datos de su montura.
A quien se le ha notado más este cambio de tendencia, al menos en lo deportivo, ha sido a Rodrigo, que se le ha visto en cada carrera batallando por las primeras posiciones, pasando así, de estar en la segunda mitad de la parrilla a primera. El piloto con el dosal 19 ha ido ganando confianza poco a poco con su montura, haciendo que su particular estilo de pilotaje le permita poder estar rodando en cronos competitivos.
Por otro lado, Guevara vio como el cambio de aires le supuso un cambio radical de mentalidad, viendo como este nuevo proyecto le permitía poder retomar la confianza que muchos consiguieron que de algún modo perdiera. El lorquino ha vuelto a tener esa motivación que necesitaba, recuperando así, la posibilidad de alzar el vuelo en Moto3. El español ha logrado un séptimo y un sexto puesto en las tres primeras citas del calendario, siendo este su mejor inicio de campeonato desde que está compitiendo en la categoría de Moto3.
El equipo RBA BOÉ Racing Team ha visto como pese a ser un equipo pequeño sin grandes recursos económicos, a base de esfuerzo, horas de sueño, gimnasio y sacrificio han podido estar entre las grandes marcas o monopolios de los últimos años, en el que el campeonato del Mundo tan solo ha sido posible por tres o cuatro equipos. Pero no todo está hecho. Tienen por delante una larga travesía, aunque hay que reconocer que este es el principio del cambio, en el que en menos de un año han podido dar un salto delante de gran calidad.
Lo mejor, sin duda cabe, estará por llegar, aunque hay que decir que los resultados ya son alentadores. Varias terceras filas y mejores resultados logrados, han hecho que las aspiraciones del equipo sean altas y probables de conseguir. Pasar por la categoría pequeña y conseguir ser recordado a lo largo de su historia es complicado, pero no imposible. El RBA BOÉ Racing Team ha conseguido dar un salto de calidad gracias a un ambiente familiar interno, trabajo, espíritu de superarse y sobre todo mantener la motivación inicial que nunca es fácil mantenerla en los peores momentos.
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