Hay veces que debes de enfrentarte a tu pasado, ese que ha marcado tu presente, pero que no solo le ha afectado a tu persona sino a todos aquellos que han estado contigo para bien o para mal, pero sobre todo siendo tu rival en la pista. Hay circuitos que han marcado un punto y a parte en la historia, ya sea por accidentes, campeonatos o quien sabe, el estallido de una relación que parecía platónica pero que se transformó inesperadamente en uno de los divorcios más duros, el de una afición que permaneció unida durante años.
Sin duda, me imagino que todos sabéis de que estoy hablando, pero en este artículo no atacaremos a nadie en particular, puesto que de alguna forma todos hemos tenido parte de culpa. Esa acción se fraguó durante meses, pero en menos de una semana se llevó a cabo y se cargó algo que siempre estará presente: los valores del motociclismo. De alguna forma no hubo vencedores, pero si vencidos, siendo todo lo que engloba el deporte del motociclismo.Cada uno tiene sus particulares fantasmas del pasado, pero realmente el que más teme es el más reciente, ese donde le falló el subconsciente, en el que perdió el control de su yo, haciendo que los impulsos, ya sea exteriores o internos, se apoderaron de su cuerpo. Y es que, pese ser un personaje público y uno de los mejores pilotos de las dos ruedas, siempre suele pasar que tu mismo eres tu peor enemigo, ya que eres el que mejor te conoces y no sabes como puedes reaccionar ante tu miedo a fallarte a ti mismo.
Valentino Rossi vuelve al kilometro 0 más reciente. Sepang, ese trazado donde perdió a uno de sus mejores amigos y donde el pasado año volvió a perder algo que todavía no se puede catalogar, que hizo que su forma de ser cambiará radicalmente, ante el estupor de todo el mundo que rodea la pequeña pero gran familia del paddock. 'Il Dottore' tiene ante sus ojos la prueba de fuego, esa donde comprobará si el fantasma del pasado volverá a hacer mella a un piloto que siempre se ha caracterizado por la templanza y fuerte mentalidad ante las adversidades del destino, pero sobre todo, será una batalla contra su palabra, ya que en el pasado Gran Premio de Cataluña hizo las paces con Marc Márquez.
Los últimos doce meses del nanocampeón del mundo no han sido del todo fáciles. Las continuas miradas hacia su persona o personaje han hecho que de alguna forma esa fachada de tipo duro pero a la vez gracioso se fuera diluyendo para acabar volviéndose cada vez más sensible y sobre todo menos temperamental. De alguna forma a medida que pasan los años se va madurando y alcanzando la fortaleza psicológica necesaria para afrontar los problemas del futuro, poder meditar, razonar y mantener un debate consigo mismo sobre el bien y el mal.
Ese cambio de actitud se ha podido comprobar en las pruebas previas a Cataluña, donde al principio de temporada parecía un "Rossi contra el mundo" o "el mundo contra Rossi", atacando duramente a su compañero de equipo y a Márquez, sin lograr pasar pagina, encasillado en un bucle del día 25 de octubre de 2015 constante, donde era repetir cada día el mismo tema. Pero en los últimos Grandes Premios esa sensación e impresión fue aminorando para llegar al punto de ver como el italiano recapacitaba y consideraba oportuno pasar página, mirando a un futuro donde estará más lejano Lorenzo que la actualidad, al menos refiriéndose a distancia respecto boxes.
La temporada del piloto de Tavullia no ha sido fácil. Ha tenido que adaptarse a marchas forzadas a el cambio del reglamento que ha hecho que la Yamaha no pudiera ir al máximo rendimiento en condiciones de agua, batallar contra una centralita única que ha dado más de quebraderos de cabeza de lo esperados y comprender unos neumáticos Michelin que ni el propio fabricante francés entendía su comportamiento, todo esto intentando luchar por el campeonato y no perder la concentración con amenazas externas o psicológicas como es tener la mente puesta continuamente en Sepang y sus ganas de Vendetta.
El trazado malayo presenta al italiano la oportunidad de olvidarse del pasado y centrarse de una vez en las dos próximas temporadas que están por venir, que ha renovado con la marca de los diapasones hasta el año 2018, por lo que tendremos Rossi para rato. Sepang llega con incertidumbre, miedo y sobre todo incerteza sobre como van a reaccionar unos compuestos que se probaron en febrero pero en unas condiciones realmente distintas, puesto que el reasfaltado que se produjo tras estos test, supone un cambio radical en los pilotos, que tendrán que tomar nuevas impresiones y notas sobre los puntos de frenado y trayectoria, de un circuito que visitan desde 1999.
Llega el momento de reinventarse, de cambiar mentalmente y seguir evolucionando, seguir estancado en el pasado será volver a los inicios pero no necesita eso. El 46 debe de evaluar realmente la situación y saber que no sirve de nada pensar en el pasado, ya que no puedes cambiarlo, y centrarse en un futuro que cada vez es más incierto donde su objetivo de conseguir el décimo título es todavía posible.
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