Una rápida lectura de sus resultados permite observar que, en las tres carreras disputadas, ha mejorado la posición ocupada en entrenamientos. En Catar acabó octavo tras salir noveno; en Jerez pasó de la octava posición en parrilla a la séptima en carrera; mientras que en Estoril salía undécimo y acabó noveno. Teniendo en cuenta la composición y calidad de la parrilla, estos registros son excelentes para un debutante.
En la primera carrera ya estuvo luchando con las tres Ducati de Barberá, Hayden y Rossi por la sexta plaza. A pesar de acabar tercero en esta lucha a cuatro, adquirió una valiosa experiencia que le sirvió para su segunda carrera, en la que batió a Hayden. Estoril puede haber sido su peor resultado hasta el momento, pero a buen seguro que ha reforzado aún más su confianza, ya que en carrera mantuvo una larga lucha con la Yamaha oficial de Ben Spies por la octava posición.
El joven bávaro sigue mostrándose cauto y evita hablar respecto a sus logros, afirmando que está en pleno proceso de aprendizaje y que aún queda mucho potencial por explotar, tanto por su parte como piloto como por parte de la moto. Y a pesar de conocer todos los circuitos, Bradl afirma que está debiendo aprenderlos de nuevo, ya que todos le parecen más cortos, primera consecuencia de pasar de pilotar una moto de 150CV a una 1.000cc cuya potencia se estima en 250CV.
Recuperando sensaciones
Por su parte, el equipo LCR está recuperando la confianza, tras la fallida apuesta por el Campeón del Mundo de Moto2 de 2010, el español Toni Elías, que no pudo adaptarse a la combinación Honda-Bridgestone. Ponerse de nuevo en manos de un piloto de Moto2 podría parecer a priori una decisión arriesgada, sin embargo Bradl está acallando a los escépticos con un excelente inicio de temporada.
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