El proyecto de Suzuki ha dejado de ser un desarrollo inicial para ir madurando y acercándose, como equipo de fábrica, a las marcas destacadas. Tras cuatro años, el proyecto está de sobra consolidado y se acerca a luchar por carreras y campeonato.
Suzuki se retiró en 2011 del mundial de MotoGP, cuando tenía a Álvaro Bautista como piloto titular, además de a John Hopkins de wildcard en Jerez. En esta última temporada, el talaverano logró la decimotercera posición en la clasificación general, sumando 67 puntos. Era ese el momento en el que la marca japonesa decidía dar un paso atrás y retirarse del mundial. Dos años después, en 2013, anunciaba su vuelta, que se produciría en la temporada 2015, en un equipo oficial.El nuevo proyecto de Suzuki, que arrancaría en 2015, ha tenido como principales características la estabilidad del trabajo desarrollado y los resultados, que se han ido consiguiendo poco a poco, pero de forma ascendente. La estabilidad del proyecto hasta la temporada actual ha correspondido al mantenimiento de la misma pareja de pilotos por un bienio, tiempo suficiente para extraer información, adaptar la moto y desarrollar el trabajo en una misma línea. Los resultados de esta estrategia, conseguidos poco a poco, pudieron demostrarse en su segunda temporada, merced a la victoria y los tres podios logrados por Viñales. Los fichajes de pilotos contribuyeron también a los resultados: una mezcla de veteranía, que ya conocía los entresijos del mundial, y un prometedor debutante, que podía apretar la moto y exprimirla.
El proyecto de Suzuki se va consolidando poco a poco
2019 se plantea como el año de la consolidación del proyecto. Álex Rins repite por tercer año consecutivo en la marca, como un posible candidato al título tras los grandes resultados de la temporada 2018. El segundo en liza sería Joan Mir, debutante en la categoría, llegado de Moto2. Rins, por su parte, la caída en Holanda y la sufrida en Alemania cuando se situaba segundo, ha perjudicado sus posibilidades de pelear por el título. No obstante, hasta el momento, el piloto catalán ha ganado una carrera, logrado una segunda posición y se ha situado en cabeza de carrera en casi todas las citas, haciendo ver que es un piloto competitivo. A Joan Mir, por su parte, le está costando encontrar el camino. El mallorquín ha puntuado en cinco de las nueve carreras disputadas, teniendo como mejor posición una sexta posición en Montmeló. Actualmente, el equipo es el cuarto clasificado, acumulando 140 puntos en su casillero, de los que 101 son de Rins, y 39 de Joan Mir.
Cuando este proyecto inició en 2015, se arrancó con una idea de desarrollo y no con vistas a ser competitivos, por carreras y campeonatos. Es decir, con un embrión en desarrollo era muy difícil estar en posiciones punteras, además de que las estructuras de la moto y la maquinaria del equipo aún no estaban engrasadas. A ello responden sus primeros fichajes, Viñales y Espargaró. El primero, un joven debutante que podría llevar la máquina al límite, y el segundo, un excelente desarrollador que ya ha demostrado su talento en otras monturas. En definitiva, una mezcla de veteranía y juventud que permitiría dar saltos de gigante a Suzuki.
Suzuki es una marca a tener en cuenta para luchar por mundiales y victorias
Pero esta idea de moto para desarrollar se fue disipando conforme pasaban las temporadas, a tenor del rápido avance de los resultados de los pilotos. La estabilidad de los dos primeros años permitió conformar un proyecto firme y que sentase la base de futuras temporadas. Prueba de esta gran mejoría han sido los resultados de Alex Rins. El #42, que conoce la estructura desde dentro, pues lleva tres años dentro, mezcla su talento junto con la competitividad de Suzuki, que hace que tenga que ser un piloto a tener en cuenta, ya como firme candidato al título la temporada que viene, y que luchará por ganar carreras.
Habrá que ver como encaran la segunda parte de la temporada, y si esta línea de desarrollo y de trabajo sigue dando tan buenos frutos como hasta ahora.
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