El líder del proyecto de Yamaha en MotoGP Takahiro Sumi hizo balance en Austria de la situación de la marca japonesa, justo un año después de que los responsables tuvieran que pedir perdón a los pilotos por los malos resultados de 2017 y 2018.
Y un año después, Yamaha sigue en crisis. "Todavía estamos en crisis, pero utilizamos todos los recursos necesarios para tener una moto competitiva el año que viene", declaró Sumi. Por lo que respecta a este año, el equipo oficial sigue pasos por detrás de Honda y Ducati, y de la Yamaha satélite de Fabio Quartararo. Takahiro comentó que no esperaban seguir igual: "hemos mejorado la moto respecto al año pasado, pero no esperábamos estar así. Nos penaliza no tener velocidad en carrera y así no podemos luchar".Apuntó que los pilotos del Monster Energy Yamaha entienden el problema, así como los planes del equipo para la temporada que viene. "Tenemos que resolver los problemas fundamentales. Nos hemos quedado atrás en cuanto a electrónica y a la gestión de neumáticos. Estamos centrados en esas áreas críticas", aclaró.
"Hemos tenido que cambiar nuestra mentalidad"
Para llevar a cabo esos cambios, la fábrica ha tenido que hacer un cambio de mentalidad: "la moto no están diferente, pero las cosas están cambiando en Yamaha".
En el test de Brno los dos pilotos oficiales de Yamaha ya probaron el motor de año que viene, algo que convenió a ambos, según Sumi.
Por su parte, Valentino Rossi está de acuerdo con las palabras de Takahiro: "antes no trabajábamos en las áreas correctas, pero las cosas han cambiado este año. También en términos de personal y organización. Ahora soy más optimista porque Yamaha está más involucrada con este proyecto. Pero necesitamos tiempo, mejorar y resultados. Creo que volveremos a ir bien".
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