Si hubo un equipo que estuvo en el foco mediático durante estos últimos meses previos al arranque de la temporada, ese ha sido el Monster Yamaha Tech3. La repentina e inesperada baja de Folger, la rotura con Yamaha y los excelentes resultados obtenidos por Zarco a lo largo de la pretemporada hacen que el equipo francés sea una de las escuadras más mediáticas y que más expectación causa dentro del paddock de cara al inicio del año.
El Tech3 se presenta en Qatar desmarcado de entre el resto de equipos, mediáticamente hablando. Y es que el ya mítico equipo satélite se ha visto sumido en un caos desde que las campanadas dieron inicio a este año 2018. Primeramente, Poncharal y su equipo tuvieron que buscar a un sustituto para montar la segunda M1 del box, tras la repentina e inesperada marcha de Folger. En enero, y estando todos los posibles candidatos al puesto con contrato, la tarea se preveía difícil. Sin embargo, consiguieron solventarla de un modo bastante efectivo, subiendo de categoría a un diamante en bruto como es el malasio Hafizh Syahrin, quien ha conseguido adaptarse rápidamente a la Yamaha y de quien se esperan buenos resultados a partir del primer tercio de temporada.
Pero cuando parecía que los dolores de cabeza habían terminado para la directiva del equipo, Poncharal anunció que, al término de la temporada, Tech3 y Yamaha separarían sus caminos, poniendo fin a 18 años de colaboración entre japoneses y franceses, los cuales terminaron por erigirse como su equipo satélite. La noticia pilló a toda la órbita MotoGP desprevenida, y más sorprendente fue que el acuerdo para las próximas temporadas llegase con KTM, quien tras dos años en la categoría ya tiene equipo satélite. La decisión fue fruto de las desavenencias entre ambas partes debido al material que Yamaha les proporcionaba, ya que tanto Zarco como Poncharal esperaban tener este año una M1 oficial idéntica a la de Rossi o Viñales, en vista de los excepcionales resultados obtenidos por el piloto galo en su temporada de rookie. Sin embargo, han tenido que conformarse con materiales atrasados (o defectuosos, por calificarlo de algún modo, si nos referimos al chasis de 2017, del cual Zarco no quiere saber nada), frente a otros pilotos satélite (como Crutchlow o Petrucci) que, con un rendimiento menor, montan motos oficiales con apoyo directo de fábrica.
Con moto oficial o sin ella, Zarco se postula como una de las principales amenazas para los candidatos al título, teniendo opciones reales de subir al podio en todas las carreras que dispute. Johann viene de completar el debut de su vida, siendo el tercer rookie que más puntos ha sumado desde que hay 18 carreras en el calendario, y consiguiendo terminar de forma regular dentro del Top5. A punto de hacer historia en Qatar, solo sumó un 0 en todo el año, y al final de temporada se convirtió en el principal representante de Yamaha en la lucha por la victoria. Tanto es así que en las últimas tres carreras terminó subiéndose 2 veces al podio, quedándose en Australia a 16 milésimas del mismo y disputándole a Pedrosa la victoria en Cheste.
Y pese a rodar con materiales de otros años, el piloto galo ha vuelto a relucir en los test de pretemporada, consiguiendo el mejor registro en la combinada de Losail y siendo la mejor Yamaha en Buriram. El estado de gracia en el cual se encuentra Zarco contrasta enormemente con el caos que se vive en el Movistar Yamaha, y de seguir así el francés podría terminar la temporada por delante de los pilotos oficiales. Con estos excelentes resultados, y teniendo en cuenta su situación en un equipo satélite "dejado" de lado, no es de extrañar que muchas voces dentro del paddock se refieran a Zarco como un posible candidato al título.
Sea como sea, el Tech3 promete dar guerra en la que será su última temporada con las M1, y quién sabe si veremos llegar la primera victoria de Zarco o el primer podio de Syahrin en MotoGP. Las dudas se disiparán este fin de semana en Losail, donde dará comienzo esta nueva temporada 2018.
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