Tras el paso adelante que se vio en Buriram, en Yamaha reina más el optimismo. Prueba de ello son las buenas sensaciones que tiene Valentino Rossi antes del Gran Premio de Japón. El de Tavullia sigue tercero del mundial de pilotos con una ventaja de 22 puntos respecto su compañero de equipo. Además hace mucho que no se sube al podio, así que lo dará todo para poder volver a subirse al cajón.
Motegi no es un circuito predilecto para el italiano pero ha conseguido salir vencedor en dos ocasiones, en 2001 y 2008. Además, ha sido segundo hasta en siete ocasiones y dos veces más ha cerrado el podio en tercera posición.Sin embargo, Valentino lleva dos años yéndose al suelo en carrera. Ver al italiano en el suelo es muy extraño pero en Japón estos últimos años no han sido nada fáciles para él. Seguro que querrá sacarse la espina con una buena actuación en la carrera de casa de Yamaha. Otro buen resultado de los de Yamamatsu ante su público supondría una inyección de moral importante para encarar la próxima temporada.
"Después del Gran Premio de Tailandia volví a Italia porque no quiero estar lejos de casa cinco semanas seguidas. Así que regresé a casa y estuve una semana allí entrenando para poder prepararme lo mejor posible el triplete asiático".
"He llegado a Japón sintiéndome muy optimista sobre nuestras posibilidades de hacerlo bien aquí. Normalmente voy bien Motegi, es un circuito que me gusta. Espero que las condiciones sean de seco porque el año pasado fue todo en mojado y fue una auténtica pesadilla. Tendremos que ver como van las cosas en estas tres carreras, no solo en Japón. Si hemos mejorado estos últimos días, deberíamos ser competitivos en las tres carreras", finaliza el nueve veces campeón del mundo.
Valentino ya ha dicho muchas veces que esta temporada ha sido muy mala a nivel de competitividad. Se ha quejado en varias ocasiones a micrófono abierto sobre el mal rendimiento de la Yamaha durante toda la temporada. Después de superar el récord de carreras sin ganar en Yamaha esperan terminar el año con un buen sabor de boca. Una victoria, aunque se antoja complicada, significaría mucho para un equipo en el peor momento de su historia.
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