El mundial, ya en plena dinámica europea, viaja esta semana a uno de los trazados más míticos del calendario: el Autodromo Internazionale del Mugello. El circuito, emplazado en la región italiana de la Toscana, acogerá la sexta cita del año, como viene siendo habitual en la última década. Debido a esto, completando ya el primer tercio de la campaña, es en Mugello donde comienzan a desmarcarse los favoritos a luchar por el campeonato.
El trazado cuenta con una longitud total de 5.245 metros y 15 curvas, haciendo de Mugello uno de los circuitos más rápidos del año. El autódromo italiano también se caracteriza por tener una de las rectas más largas del campeonato, con 1.141 metros, lo que permite ver velocidades superiores a 350 km/h. Tras un delicado culebreo, los pilotos llegan a la primera frenada, donde deberán reducir hasta 90 km/h para trazar la curva de San Donato en segunda velocidad. A la salida de la primera curva, los pilotos deben cambiar de dirección para afrontar las enlazadas dos (Luco) y tres (Poggio Secco), sin llegar a engranar la tercera marcha en ningún momento. Entre las curvas tres y cuatro hay una pequeña recta, donde sí que pueden subir a tercera, aunque rápidamente reducen a segunda para volver a trazar las enlazadas cuatro (Materassi) y cinco (Borgo San Lorenzo). A la salida de la cinco vuelve a haber otra breve recta, donde suben a tercera.
Llegados a este punto, se inicia el tramo de bajada, reduciendo a segunda para pasar por las enlazadas seis y siete (las conocidas como Casanova y Savelli), aprovechando el cambio de dirección para subir a tercera. A la salida de Savelli, los pilotos vuelven a realizar un cambio de dirección para afrontar las conocidas Arrabbiata 1 y 2, las dos de derechas y en tercera, iniciando el sector de subida. Tras estirar el segundo engranaje hasta el corte de inyección, los pilotos frenan y reducen a segunda velocidad para afrontar las enlazadas diez (Scarperia) y once (Palagio). A su salida, los participantes de MotoGP aprovechan para abrir gas y subir a tercera velocidad, aunque rápidamente deben reducir a segunda en el cambio de rasante que precede a la larga curva doce (Correntaio), de derechas. En pleno cambio de dirección, los pilotos engranan una vez más la tercera marcha, con la cual pasarán por las enlazadas catorce y quince (Biondetti). De estas dos curvas se sale con mucha velocidad, llegando a subir a cuarta, pero pocos metros después deberán volver a segunda para pasar por la última curva del circuito, la larga Bucine, que les devolverá al rectilíneo de meta.
Como vemos, Mugello es un circuito rápido y exigente, con constantes curvas enlazadas en un formato tipo tobogán. Aunque no hay rectas largas en medio de la vuelta (a excepción, lógicamente, de la recta de meta), la velocidad media del trazado es elevada. Asimismo, los puntos de adelantamiento son muy numerosos, siendo escenario de grandes batallas donde priman la valentía y las aptitudes del piloto a la hora de sobrepasar al rival. Todo esto, sumado a todos los espectadores que atrae Valentino Rossi, hace de Mugello una de las citas más emocionantes y especiales de la temporada.
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