2019 se acaba y este fin de semana empieza la fase final de la temporada. La gira transoceánica comienza en Tailandia y continuará por Japón, Australia y Malasia en las próximas cinco semanas. El Circuito de Buriram acogerá por segunda vez el mundial de MotoGP, y el año pasado, el del estreno, le nombraron el mejor circuito por trazado, afición y respeto.
El trazado contiene una longitud de 4.554 metros con solo 12 curvas, 5 a izquierdas y 7 a derechas. Se caracteriza por una primera parte de fuertes frenadas y rectas largas, un 'Stop and Go' parecido al primer sector de Motegi. La segunda partes es la de las enlazadas, donde la mayor parte del tiempo se pasa en segunda y tercera marcha. Es muy importante el paso por curva, ya que depende de como hagas una curva, te sale mejor o peor las siguientes.
Otra de las características del circuito es que es completamente plano, al contrario que el anterior GP, Aragón, donde es una pista con las mayores subidas y bajadas del calendario. Parecido que en Valencia, no existen apenas gradas por dentro del trazado, lo que permite a los numerosos aficionados tailandeses ver muchas parte de la pista.
La primera parte del circuito es especialmente rápido, especialmente en la curva 2, donde la trazan a 330 km/h. Es una curva con muy pocos grados, menos incluso que la curva 2 de Austria. La mayor velocidad media está en 181.9 Km/h hecha por Marc Márquez el sábado en la pole. Con esas 12 curvas, es el trazado que menos tiene solo por detrás de Austria e igualado a Phillip Island.
El circuito se inauguró el 4 de octubre de 2014, con una capacidad de 100.000 espectadores, la mitad de ellos en una imponente estructura de gradas desde las cuales se puede ver todo el trazado sin obstáculos que lo cubran. Para ello, los boxes se han instalado justo debajo de las gradas evitando que tapen la visión. El trazado cuenta con 5 variantes además del recorrido principal y estanques para facilitar el flujo de aire y reducir la humedad, que es mucha allí.
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