La decimoctava parada del campeonato mundial de motociclismo está a la vuelta de la esquina. Con una cita más que la temporada pasada pero con el mismo número de carreras tras la cancelación de Silverstone, el circuito de Sepang está preparado para que los pilotos de Moto3, Moto2 y MotoGP pongan sus motos en pista desde el viernes hasta el domingo.
El trazado malayo es uno de los que se corre en sentido horario y el segundo más largo del calendario, contando con 5.543 metros de longitud, de los cuales la recta más larga es de 920 metros (la recta de meta) con 15 curvas, 5 a izquierdas y 10 a derechas y un ancho de pista de 16 metros. Fue inaugurado el 7 de marzo de 1999, y al mes siguiente ya fue el circuito anfitrión de una carrera de motociclismo hasta estos días.El hombre que hizo el récord de la pista en un fin de semana de carreras fue Jorge Lorenzo con un 2'00.606 con una velocidad media de 148.2km/h y máxima de 339.6km/h, aunque él mismo lo superó en los test de pretemporada de 2018 con un registro de 1'58.830. No obstante, en la categoría reina es Dani Pedrosa quien tiene la velocidad media más alta (167.6km/h en el año 2015), mientras que en Moto2 es Thomas Luthi en el mismo año con 157.8km/h y en la mínima cilindrada la tiene otorgada Joan Mir en su campaña como campeón, 2017, con una velocidad de 151km/h.
Este circuito se caracteriza por varias horquillas, tales como las dos primeras curvas -especialmente la primera-, siendo la segunda a ciegas y ambas un embudo e importante punto en la primera vuelta de las carreras donde suelen producirse caídas al inicio de las mismas. La curva 3 es casi a fondo en Moto3, a penas sin frenar y cogiendo fuerza tras salir de la 2. El sector 2 consta de las reviradas 4, 5 y 6, las tres muy distintas entre sí.
La cuarta curva es un ángulo recto en el que hay que tener cuidado con la trayectoria si algún piloto quiere adelantar ahí. La 5 es más abierta y un punto en el que hay que saber gestionar el flanco izquierdo del neumático, ya que probablemente esté algo más frío. La siguiente curva es un cambio de dirección para entrar a una parte de abrir gas hasta la 7-8 ya en el tercer sector, dos curvas cerradas que se hacen como si fuera una sola.
En otra de las partes donde se acelera se llega hasta una de las partes críticas, la curva 9, una frenada fuerte a la par de peligrosa para irse al suelo. La siguiente zona es donde desgraciadamente Marco Simoncelli perdió la vida, la 10 y la 11, llegando hasta la 12 para abrir la última parte del circuito y la más decisiva en los finales de carrera.
Las curvas 13 y 14 son famosas por el toque que hubo entre Valentino Rossi y Marc Márquez en 2015, pero además de por eso es porque es el último punto donde se puede adelantar antes de abrir el gas a fondo en la recta de atrás y aterrizar en la última curva, que fue modificada en 2016 con un contraperalte que hace que el asfalto tenga mejor drenaje y más adherencia, mejoras que se hicieron también en el resto del circuito.
En esa curva 15 es donde la emoción se apodera tanto de cada aficionado en el circuito, como de los que están en casa y los propios pilotos, ya que es un giro donde es fácil irse largo después de la potencia cogida en la pasada recta y un punto donde puede ganarse todo o directamente perderse todo. Después de eso, la línea de meta se remonta a poco antes de que comience el pit lane, así que no hay mucho espacio para coger rebufo y ganar por milésimas.
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