El Mundial de Motociclismo no descansa y, después de un vibrante fin de semana en el circuito neerlandés de Assen, el 'paddock' se traslada a Sachsenring para disputar el GP de Alemania. El trazado, situado en Sajonia, es uno de los más revirados y cortos del calendario, sin grandes rectas donde explotar la velocidad punta e inclinados durante gran parte de la vuelta.
Sus 3.761 metros de distancia (circuito más corto del calendario) albergan un total de 13 curvas, de las cuales solamente 3 vértices son de derechas. Esta característica, que lo hace único en el calendario, es la principal explicación a las ocho victorias consecutivas logradas por Marc Márquez en Sachsenring. Su recta de meta, de 700 metros de longitud, no es llana, con rasantes que avivan la lucha de rebufos. En definitiva, es un trazado clásicamente europeo, donde puede llegar a ser bastante difícil adelantar y que está muy marcado por su formato tobogán.
En la recta de meta, los pilotos apenan superan los 300 km/h, antes de realizar una delicada frenada para pasar por la siempre peligrosa curva 1 en segunda velocidad. A su salida, hacen un rápido cambio de dirección para pasar por la curva 2, de izquierdas, aunque rápidamente tumban a la derecha para pasar, también en segunda, por la curva 3 (conocida como curva Omega por su similitud con la letra griega). A la salida de la curva 3, los pilotos cambian de dirección y suben a tercera para pasar por la breve curva 4, de izquierdas. Es aquí donde comienza la cadena de curvas de izquierdas, donde se llega hasta la curva 10 con la moto tumbada hacia la izquierda. Casi todas ellas se realizan en segunda velocidad, aunque entre la curva 6 y 8 engranan tercera.
A la salida de la curva 8 vuelven a tercera, marcha en la cual afrontan las curvas 9 y 10. Es entonces cuando deben cambiar de dirección, pasando al gélido flanco derecho del neumático. El lado derecho de la goma, como lleva tanto tiempo sin contactar con el asfalto, se enfría mucho, y convierte a la curva 11 en un punto donde las caídas son muy habituales. Si consiguen no irse al suelo, los pilotos llegan a la corta recta de atrás, en bajada, donde apenas llegan a engranar quinta. Rápidamente reducen a tercera para pasar por la curva 12 (curva Sachsen), donde hay que dejar correr la moto, y llegar a la 13 (curva Queckenberg), en segunda marcha, que les devolverá a la recta de meta.
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