El mundial de MotoGP continúa este fin de semana con su gira por Europa. En esta ocasión, el 'paddock' se trasladará a Assen, en Drente, para disputar el Gran Premio de los Países Bajos. Este fin de semana es muy especial, ya que el TT de Assen es uno de los circuitos más míticos del calendario, siendo popularmente conocido como La Catedral del Motociclismo.
El trazado se caracteriza por ser estrecho y revirado, con 4.545 kilómetros de longitud y un total de 18 curvas (12 de derechas y 6 de izquierdas). Este elevado número de curvas, sumado a las altas velocidades medias que se registran, hace de Assen uno de los circuitos más fluidos del campeonato. Asimismo, sus características sobre el papel derivaron en la creencia de que Assen no es un circuito que favorezca los adelantamientos, algo que quedó totalmente desmentido en la edición de 2018 (la ya conocida como "Carrera del siglo").
La línea de meta se sitúa casi en plena curva, pasando por una corta recta en la que apenas se llega a engranar la quinta velocidad, rozando los 265 km/h. Rápidamente deberán tirar de frenos y reducir a segunda para afrontar el primer giro, casi de 90º. A su salida, los pilotos engranan tercera para hacer un rápido y seguro paso por la curva dos, antes de reducir a segunda para trazar las curvas tres y cuatro. Es entonces cuando realizan un cambio de dirección, engranando primera para afrontar la primera curva de izquierdas. Este punto (la curva número cinco) es el más lento del circuito, rodando a unos 70 km/h. A la salida de este giro de 180º los pilotos abren gas para afrontar la recta más larga del trazado, que comienza con un leve curveo (curva 6), llegando a meter sexta velocidad y rozando los 290 km/h.
Superada esta primera mitad del circuito, y con el cuadro en rojo, los pilotos sueltan el puño del gas y frenan levemente para pasar por las enlazadas 7 y 8. A la salida de la ocho, deberán frenar y bajar de cuarta a tercera, trazando la curva 9 y saliendo otra vez a una breve y curveante (curva 10) recta, donde llegarán a cuarta velocidad para reducir a segunda. Tras el paso por la curva 11, de izquierdas, realizarán otro cambio de dirección, manteniéndose en segunda. Entre la 12 y la 13, ambas de derechas, meten tercera, saliendo a la curveante (14, 15 y 16) recta de atrás, donde ruedan en quinta y sexta velocidad. A la salida de la curva 16 deben hacer una de las frenadas más críticas, parando la moto por debajo de los 100 km/h y reduciendo a segunda, para pasar por las dos míticas enlazadas finales (curvas 17 y 18) que les devuelven a meta.
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