Como hemos considerado en anteriores artículos, la mejor seguridad al conducir nuestro vehículo, sea coche o motocicleta, parte de nosotros mismos, de nuestra actitud tras el volante, y de la responsabilidad que tenemos como personas y buenos ciudadanos. Mantener nuestros vehículos al día es de vital importancia, primero porque nos asegura ir y venir a nuestro destino de manera segura y confiable, y segundo, su periodo de vida útil se podrá extender incluso, más allá de lo que se estipula. La confianza que nos genera un vehículo sin fallas no tiene precio, por ello los mecánicos recomiendan invertir en todos los mantenimientos, porque costoso sería querer ahorrar y hacernos la vista gorda, para luego tener que pagar un costo mucho más alto.
En esta ocasión hablaremos sobre una pieza fundamental para el correcto funcionamiento del motor de la motocicleta, a saber, el embrague. Tal como sucede en los coches, camiones o autobuses, el embrague es esa pieza fundamental que hace posible el movimiento; en otras palabras, el embrague es el que hace posible la conexión entre el motor y las ruedas traseras o delanteras. El embrague ayuda a que se efectúen los cambios de velocidad, por ello es utilizado prácticamente desde que comenzamos a mover nuestro coche. En otras palabras, el embrague es una de las piezas mecánicas de mayor desgaste en nuestros vehículos, y en este caso, en nuestras motocicletas.
Utilizar el embrague de manera correcta nos asegura su mayor durabilidad, aunque debemos entender los momentos o las señales que indican que ya debe ser sustituido por uno nuevo. Muchas personas opinan que, cambiar el embrague de la motocicleta, no significa mayor problema, sin embargo, debemos saber qué hacer, y cómo proceder para desinstalar, cambiar e instalar la pieza nueva, y que todo resulte perfectamente, o como dicen algunos, como si nada hubiera pasado.
Algunos síntomas que indican que debe sustituirse el embrague
¿Cómo sabemos que el embrague de nuestra motocicleta necesita ser reemplazado? Hay diversos factores que nos pueden indicar fallas en el embrague, o que éste ya perdió sus prestaciones. El síntoma más común de todos o la señal inequívoca es cuando notamos que al pasar las marchas hay cierta dificultad, es decir, no cambian con suavidad, o mecánicamente hablando, cuesta meter cada marcha. Es en este momento cuando decimos que el embrague está algo duro, y es porque ya perdió su eficacia, ya no responde igual, y por ende se siente como se trabarán las marchas, hasta que llega el momento en que deja de funcionar y simplemente no podemos cambiar las velocidades.
Otra señal que nos indica que llegó el momento de sustituir el embrague de nuestra motocicleta es que aceleramos más de la cuenta y la moto no responde. En otras palabras, las revoluciones aumentan, pero el ritmo o la velocidad de la moto no, o simplemente va acelerando de a poco, como si no tuviera la suficiente fuerza para despegar y desplazarse con normalidad, no hay una sincronía porque, ni la aceleración ni las revoluciones van en la misma proporción.
Cuándo y cómo cambiar el embrague de nuestra motocicleta
Son muchas las opiniones de las personas respecto a cuándo se debe sustituir esta pieza. Algunos aseguran que hay que esperar hasta que se den los primeros síntomas de desgaste anteriormente descritos, o simplemente estirar su periodo de vida hasta que ya no se puedan efectuar los cambios de marcha; pero otros recomiendan sustituir el embrague a los 15.000 o 20.000 como medida de seguridad. Desde luego, siempre debemos recurrir al manual de nuestra motocicleta en el cual seguramente encontraremos más información al respecto y todas las recomendaciones que hace directamente el fabricante.
Desinstalación e instalación del embrague
Si tenemos ciertas habilidades y nos gusta la mecánica, entonces cambiar el embrague no será de mucha complicación. Vacíe el aceite de la moto, y luego suelte o desmonte la tapa del embrague. Afloje el cable del embrague, e inclusive, aproveche de cambiarlo. Cuente cuantos tornillos tiene, y si puede, tome fotos de cómo va cada pieza instalada. Si la junta del embrague no se suelta dele unos golpecitos con un mazo de goma, luego extraiga los muelles y límpielo de los restos de aceite. Seguramente podrá acceder a los discos del embrague, y en algunos casos, hasta podrá sacarlos con sus propias manos; pero si el asunto se complica, use alambres o cualquier herramienta que le sirva de palanca, claro está, con paciencia, y sin maltratar las piezas.
Luego ya solo nos queda instalar los discos de embrague nuevos. Esta labor si se quiere será bastante sencilla, solo basta con seguir los pasos anteriores o ver las fotos que previamente tomamos con nuestro teléfono móvil para notar como va instalada cada pieza y cada tornillo. Es recomendable, según muchos mecánicos, que antes de instalar los discos nuevos los sumerjamos por lo menos unas 4 horas en aceite, así funcionarán a la perfección y sufrirán menos desgaste.
Pero si usted no siente la confianza para realizar el trabajo por su cuenta, acuda a su mecánico de confianza, recuerde que, como mencionamos al principio, a veces intentamos ahorrar algo de dinero, pero terminamos gastando más de la cuenta.
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