Harley-Davidson confirma a la prensa norteamericana que de 3 a 5 años podremos ver la definitiva moto eléctrica de la marca de las barras y las estrellas. Bastante después de lo que esperábamos del proyecto Livewire, presentado ahora hace 2 años y que ha recorrido el globo con miles de pruebas de posibles clientes, para testar sus opiniones sobre la primera Harley sin motor tradicional.
La información procede del propio vicepresidente de Harley-Davidson, Sean Cummings, cuyas palabras confirman la luz verde para el proyecto de la nueva Harley eléctrica, pero que a la vez nos demuestra lo retrasado del proyecto.Según Cummings en palabras al Milwaukee Business Journal, llevará de 3 a 5 años pasar del proyecto actual al modelo definitivo, lo que indica lo temprano de la fase actual del proyecto. Recordemos que la Harley Livewire contaba con mecánicas de la firma ahora desaparecida Mission Motors, y que curiosamente no fue rescatada por Harley en otoño del pasado año 2015.
El porqué de estas declaraciones tardías tienen una explicación muy simple, tienen como origen dar debida respuesta a la creciente aparición en los medios de la iniciativa de su más directo rival, Victory, en el Tourist Trophy Zero de la Isla de Man. Que en las últimas semanas no solo ha acaparado portadas con la preciosa Victory RR 2016, sino por el elevado rendimiento obtenido en las pruebas oficiales de la compleja prueba británica.
Del proyecto Livewire probablemente se aproveche no poca experiencia, no obstante, lanzar actualmente una versión de producción a un precio en torno de los 20.000 dólares no es viable para Harley-Davidson, sobre todo por el costo de la propia batería,que además en el caso de los prototipos mostrados hasta ahora ofrecen una autonomía inferior a los 100 kilómetros, unos 80 kms, cerca de la mitad de lo que el cliente actual les va a demandar.
Proceso
Por lo que el trabajo parece arduo para Harley-Davidson en los próximos años, que en los últimos tiempos precisamente se ha estado abasteciendo de ingenieros en estas áreas, aunque el verdadero problema es otro, ya que habrá que esperar la reacción de los clientes de la marca, los más acérrimos tradicionalistas de todo el panorama del motor.
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