La reunión congregó a una docena larga de motocicletas clásicas, de varias épocas y procedencias, que representaban fielmente el parque español de dos ruedas de las décadas anteriores a los años ochenta.
Gran representación española
Entre las que podíamos encontrar desde modelos nacionales, de las marcas históricas de nuestro país hasta rarezas de origen extranjero. Entre estas última destacaba una Villiers, marca británica desaparecida hace ya décadas y que tomaba su nombre de la calle donde radicaba la fábrica, en Wolverhampton, Inglaterra.
Entre las numerosas máquinas de origen español, se podían ver varios ejemplares de marcas míticas como Bultaco y Montesa, así como de la también desaparecida fábrica catalana Derbi, todas ellas iconos de nuestras carreteras en la España de antaño.
En la reunión lograron concentrarse modelos de muchas épocas y procedencias, incluyendo scooters Vespa con sidecar o alguna preciosa Moto Guzzi, pero todas con un mismo denominador común, la pasión por las dos ruedas y los viejos hierros de sus propietarios, que podían presumir del gran estado de forma y conservación de muchas de las monturas reunidas aquel día en el trazado madrileño.
Imágenes: Laura Martín
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