El legado que dejaba tras de si Massimo Tamburini era considerable. Padre de auténticas obras de arte sobre ruedas como la Ducati 916 o la MV Agusta F4, el genial italiano nos dejaba en 2014, tras una intensa vida en la que su paso había dejado una impronta imborrable. Pero no se se iba sin dejarnos otro regalo más, en esta ocasión convertido en realidad por su propia familia, que ha fundado la compañía Massimo Tamburini Srl para poder llevar a cabo el que fue su último y más personal proyecto, ahora denominado Tamburini T12 Massimo.
La T12 es una superbike destinada puramente al circuito, sin compromisos por tanto ni de homologación ni de presupuesto, es el máximo saber hacer del ingeniero italiano sobre dos ruedas, lo que ya nos deja claro que no estamos ante un juguete más con un bastidor rígido y un motor explosivo.Diseñada entre 2012 y el momento de su fallecimiento, el italiano dedicaba 12 horas al día para poder llevar a cabo su sueño, la montura perfecta. La cual no la pudo comenzar antes porque en su salida de MV Agusta debía firmar una cláusula por la cual debía estar tres años sin poder realizar ningún proyecto, pero que a inicios de 2012 arrancaba, siendo a la postre el último diseño de su prolífica carrera.
La T12 es un compendio de tecnología eficiente, radicalidad y componentes de lo mejor que hay en el mercado, fabricados bajo las especificaciones del mismo Tamburini, como las suspensiones Öhlins GP o los frenos Brembo. Esta dispone de un novedoso bastidor que cuenta con un chasis tubular de acero con pletinas de magnesio, que dispone de la peculiaridad de poder alterar su rigidez transversal sin tener que cambiar ninguna pieza. Este chasis es obra patentada de Tamburini.
Exquisita
En cuanto al resto de elementos, encontramos el tetracilíndrico de la BMW S1000RR superbike modificado hasta elevarlo a 230 caballos, y en la parte ciclo prácticamente lo mejor de las mejores casas. Las suspensiones son de Öhlins y los frenos de Brembo, ambos con las especificaciones dictadas por el italiano, las llantas son de magnesio y el escape es el Akrapovic T12 Pista de titanio. El carenado y el depósito están fabricados en fibra de carbono, por lo que unido al resto de elementos, nos encontramos con una auténtica paso pluma, 154 kilos y medio.
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