Una de las mayores novedades de Yamaha en esta edición del EICMA de Milán ha sido la MT-10, la nueva integrante de la familia naked de la marca japonesa, que se posiciona sobre la MT-09 encabezando la línea MT. Dotada del motor de 1.0 litros de la deportiva YZF-R1, esta naked personifica claramente el concepto Streetfighter, modelos desnudos pero de altas prestaciones, lejos de las modas imperantes en el mercado actual.
A nivel estructural y mecánico deriva de la YZF-R1, pero a pesar de su bastidor Deltabox, heredado directamente de la sport R1, pero la nueva MT-10 cuenta con la postura de conducción y de uso de la familia MT, por lo que las geometrías estén más cercanas a la familia de modelos naked MT.
Con una estética absolutamente espectacular, la nueva MT-10 podría haber pasado hace unos años como una concept o show bike perfectamente. La brutalidad de su deportiva mecánica de 1.000 centímetros cúbicos se deja notar en el volumen lateral del modelo, considerablemente más contundente visualmente que el resto de la familia MT.
Alta tecnología
Cuenta con todo el arsenal tecnológico del que dispone la fábrica japonesa, para poder transmutar el elevadísimo potencial hacia un comportamiento más acorde con el nuevo uso y cliente objetivo al que está destinada esta poderosa montura. Entre sus especificaciones podemos encontrar sistemas como el Yamaha D-Mode, que combinado con el acelerador electrónico YCC-T permite seleccionar hasta tres modos distintos de conducción. También dispone de embrague con sistema antirrebote y control de tracción.
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