Y es que en Lorca estuvo el vehículo laboratorio, pilotado por Julián Vera y copilotado por Sergio Cerezo. Como decimos, el vehículo mostró una gran carta de presentación consiguiendo terminar la prueba y sin excesivo sufrimiento en el motor tricilíndrico de Toyota. A eso hay que sumar la agilidad con la que se mueve este pequeño vehículo, el buen recorrido y trabajo de las suspensiones y en general su buen rendimiento. Además, fue uno de los vehículos más fotografiados en el parque de asistencia, quizá por su aire deportivo y destinado al público más joven
Y de regalo... un jamón
El buen trabajo hecho por el promotor de la Copa Kobe Motor tuvo premio. Con el arranque oficial de la categoría todavía por producirse en la segunda cita del calendario del CERT, en el Rally Tierras Altas de Lorca el pequeño Toyota Aygo N3 recibió su primer galardón, más simbólico que otra cosa. Porque a pesar de la peculiaridad del titular, no nos hemos equivocado. El primer premio del Aygo N3 es una pata de jamón, otorgada por los organizadores de la prueba lorquina a uno de los participantes de la prueba.
Para conseguir este suculento premio sólo hay que conseguir un objetivo. El ganador es el piloto que más metros recorra por el aire tras uno de los saltos más famosos de toda la prueba y del CERT. Muy al estilo 'Colin's Crest' en el WRC, pero con un premio más patrio. Muestra de la exigencia a la que llevó Julián Vera al Toyota Aygo N3, resultó que el 'pequeñín' de la prueba fue capaz de volar durante más espacio que vehículos mucho más potentes.
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