Carl Edwards encontró el oasis. Un oasis lleno de cámaras, con su equipo alrededor. Hacía mucho que estaba deshidratado de victorias y, tras setenta largas pruebas, ayer encontró agua y casi que petróleo.
Como es normal, cuando Carl Edwards gana carreras el mundo da un giro de 360º. O eso debe ver el #99, ya que tiene como tradición dar una voltereta hacia atrás al bajarse del coche que ha llevado al Victory Lane. Esa pirueta ya es distintiva del piloto, y ayer se repitió.
Un empujón necesario
En una carrera tan tensa y táctica como fue la de ayer en Phoenix, debe sasegurarte de tener un buen coche al final. La goma, el combustible... y un aliado por detrás que te permita distanciarte, sea de la forma que sea.
Brad Keselowski es quien se propuso llegar hasta Carl y ganar, pero el #99 estaba intratable en el día de ayer. Entre los Ford de Edwards y Keselowski se hallaba el coco. Jimmie Johnson aparece en todos lados, tiene una constancia bárbara. Mantener el liderato es importante, ya que minas la moral de los rivales. Lleva dos años en dique seco, y hoy no quería pinchar tampoco.
A falta de nueve vueltas, y en medio de una lucha a medio gas ahorrando gasolina, llegaba la bandera amarilla que pondría al pelotón patas arriba. Hamlin había conseguido rebasar a Dale Earnhardt Jr. y estaba cuarto. Hamlin parece que tenía más combustible que el resto y pintaban las cosas muy apretadas. Edwards, Keselowski y Johnson -entre otros- apagaban el motor. Ahorrar hasta la última gota.
El fuel gamble es algo que no se entiende mucho en Europa, pero que es parte de la esencia de la NASCAR. El que llegue primero a la meta, gana. Los puntos se le podrán sustraer en caso de ilegalidades, pero nunca el dinero del premio ni el trofeo. El ahorro de combustible es una de las estrategias que usan muchos, y ayer dejó a más de uno al borde de los nervios.
Mientras Casill se quedaba tirado, el grupo racionaba su alimento. Se acercaba la bandera verde y querían tener el máximo de combustible para poder apretar al 100%. Un poco irónico que siempre se busque el menor peso posible pero que ahora, en el momento de la verdad, se pida lo contrario.
Hamlin estaba nervioso, se le veía... ¡Bandera verde, dos para el final! ¡Keselowski empuja a Edwards y se va el #99! ¡Hamlin aprovecha el pique de Johnson y Brad para situarse segundo...bandera blanca!... ¡Hamlin por delante por centímetros...Johnson se iguala...foto Finish! Johnson era segundo por doce milésimas. Brutal la pelea.
El duelo se olvidaba de Carl Edwards, que había pasado primero. A punto de quedarse seco -de hecho no pudo dar trompos de la poca gasolina que le quedaba- consiguió sobreponerse a la sequía.
Cuando rebotas en el muro
Danica Patrick. ¿Qué ha sido de ella? Pues vuelve a casa con la moral un poco carcomida, después del golpe que se ha dado en Phoenix. En carrera fue víctima de la plaga de pinchazos que hubo. A parte del golpe contra el muro, David Ragan casi le pasa por encima. Ambos coches destrozados y a casa."Ocurrió de repente. Por suerte estoy bien, especialmente tras el golpe por la izquierda. Los coches son muy seguros".
Quizá duela ese golpe, pero Patrick se ha dado cuenta que no puede vivir de los superspeedways. Son solo un 8% del total del año, y para llegar al Chase necesitas mejorar en los óvalos tradicionales. En Phoenix, se ha perdido en medio de la tormenta de arena y el pinchazo en su moral puede repararse.
La NASCAR no para y la próxima semana se adentra aún más en el desierto. Llegan a Las Vegas y las cartas aún no se han desvelado.
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