En la habitual charla con los medios de comunicación, los equipos NASCAR y sus pilotos tienen mucho a decir. El pasado día 30 se celebró en Charlotte esa cita entre medios de comunicación y participante en el campeonato de stock cars más famoso del mundo. Y no decepcionó en absoluto.
Por parte de Hendrick Motorsport, subieron todos los pilotos junto a Rick Hendrick, propietario del equipo más popular en la NASCAR. Uno de ellos quizá pase desapercibido por muchos, ya que tener a tres de los pilotos más populares de la categoría como compañeros, quieras o no, atemoriza. Kasey Kahne es ese cuarto piloto, y para la leyenda americana no es ningún mediocre.
"Yo no le llamaría mediocre" comentaba Rick Hendrick."Todavía no tiene todos los elementos que hacen falta y creo que nos acercamos a ese momento. Kasey tiene talento, como demuestra siendo capaz de ir rápido en los short tracks y en los speedways . Tiene un control impresionante del coche y piensa con rapidez en pista. Ganará campeonatos, sólo que no ha estado en el momento ni lugar adecuado. Pero ahora, va a ser diferente".
El equipo Hendrick es famoso por haber superado las 200 victorias en pruebas de la categoría reina de la NASCAR, a parte por contar con una de las formaciones más potentes: Jimmie Johnson, cinco veces campeón de la competición, Jeff The Golden Boy Gordon, Dale Earnhardt Jr., hijo del desaparecido Intimidator y el ya mencionado Kahne, una estrella emergente.
Con estabilidad a bordo
"Es la primera vez en mucho tiempo que mantenemos equipo de un año para otro. Los últimos tres-cuatro años han sido un calvario para nosotros y esta estabilidad nos tranquiliza".
Esas eran las palabras de Kenny Francis, crew chief de Kasey desde finales de 2005. Y tiene toda la razón. Se ve ahora a un Kahne seguro de sí mismo, sin necesidad de depender de terceros para poder correr. Está en Hendrick Motorsport. Uno de los mejores equipos de la competición y conduce un potente Chevrolet SS. Si el año pasado ya sumara victorias, en 2013 puede ser una bomba de relojería. Para saberse, poco más de dos semanas. La Daytona 500 está a la vuelta de la esquina.
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