Sam Hornish Jr. sabe lo que es pasar por lo más bajo. Sabe que no se debe rendir y, de hecho, sus actuaciones a lo largo de este año, lo demuestran. En Daytona se cayó del pack racing, cosa que le retrasó considerablemente por la falta de rebufo. Acabó quinto. La semana pasada, en Phoenix, se vio envuelto en un incidente en la vuelta cuatro y acabó séptimo.
Y ayer en Las Vegas... Bueno, en Las Vegas cualquier cosa puede pasar y como os decíamos, no se pierde en el olvido. Hornish Jr. estuvo parte de la carrera olvidado. Mientras por delante se tiraban las cosas por la cabeza Brian Vickers, Brad Keselowski y Austin Dillon, por detrás el #12 de Penske Racing iba labrándose un futuro más que precioso.
A su alrededor los rivales caían víctimas del alto ritmo del Ford. Al final, Sam Hornish Jr. encontró el liderato. Se aferró a él como un chicle se aferra al pelo de una persona. Ni con agua caliente, ni con cautions. Hornish Jr. mantenía a su pequeño con el número #12 en cabeza. Suavemente, sin presión...
Pero Hornish Jr. no corría solo. Trevor Bayne y Kyle Larson se arriesgaron en su momento, pero el no cambiar gomas en una bandera amarilla provocó no sólo que lucharan: llegaron a rozarse, golpeando ambos el muro en lo que fue un adelanto de lo que le esperaría al #32. Mientras, arrastrándose, el #6 de Trevor Bayne llegó al pit-road. Reparaciones, análisis de los daños... y para fuera. No había tiempo que perder.
Lucha de titanes
Faltaba poco para el final. Menos de cuarenta vueltas para ser exactos. El grupo peleaba por cada centímetro. Los baches complicaban la tarea, creando bestias de 700 CV inestables, especialmente en curva 1 y 2. Aún así, los veinte grados de peralte que otorga el trazado de Las Vegas a sus giros ayudaba al espectáculo.
Varios paralelos, con intercambio constante de posiciones. Todas excepto la primera, que parecía tener dueño. No sólo se apuntaba Sam el punto por vuelta liderada. A eso se le sumaría el haber liderado más vueltas que nadie. Pero quedaban giros por dar. Y un hombre que conoce el terreno como la palma de su mano estaba al acecho.
La garra verde de Kyle Busch y su Toyota - curioso, los Chevrolet sufrieron - #54 reflejaban la ira del de casa. Sí, Kyle Busch es de Las Vegas. Y en Nationwide nunca ha llegado al Victory Lane. Su moral venía impoluta. Tras la victoria a placer en Phoenix, el #54 sabía que podía repetir Victory Lane. Estuvo más de media carrera luchando con Brad Keselowski, quien abandonaría por problemas de motor y pérdida de piezas que provocaría una de las ocho amarillas que salieron ayer.
Otro que estaba en el punto de mira de muchos espectadores fue Nelson Piquet Jr. El ex F1, con muy buenas actuaciones, se encuadra en el top-10 y se espera una mejoría de su parte. Le va cogiendo el gustillo a la NASCAR, y eso que es muy complicado pasarse desde los monoplazas. Ayer acabó en una notable décimo tercera posición, siendo esta su tercera carrera en un óvalo con un stock car - las camionetas son un mundo muy diferente -. Atentos al brasileño, más de una sorpresa dará.
Miradas tensas, y más tras un incidente que dejó fuera de combate definitivamente a Kyle Larson. Dejó la pista echa un cristo. Aceite y sepiolita eran levantados en una resalida que veía como Hornish Jr. plantaba cara a la mala suerte. Qué mejor sitio que en Las Vegas, ¿verdad?
Al final, cruzó la bandera de cuadros holgadamente. Una victoria con un gusto más dulce que la propia miel. Por fin, a Hornish le sonreía la suerte en 2013. Con eso, se lleva el premio gordo: mantener el liderato que, gracias a su constancia, había conseguido en un viaje de este a oeste. Y lo que queda aún por viajar.
Clasificación Sam Town's 300
1. Sam Hornish Jr. - Ford
2. Kyle Busch - Toyota
3. Brian Vickers - Toyota
4. Trevor Bayne - Ford
5. Elliott Sadler - Toyota
6. Austin Dillon - Chevrolet
7. Regan Smith - Chevrolet
8. Alex Bowman - Toyota
9. Brian Scott - Chevrolet
10. Travis Pastrana - Ford
PD: El vídeo incluído es la carrera al completo. Disfruten de los óvalos. Sí, a mi me parecen divertidos.
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