Llegamos al antepenúltimo capítulo de la serie sobre las 500 millas de Indianapolis. Hasta el momento hemos hablado de las bases, historia y fecha y estrategia y momentos icónicos. Algo de lo que precisamente no hemos hablado es el lugar en sí, la pista y todo lo que la rodea. La forma se ha mantenido desde sus inicios pero el contenido se ha ido puliendo hasta lo que vemos hoy día. La repercusión externa de la Indy 500 es gigantesca. Indiana y parte de Illinois se vuelcan durante un mes al año como si fueran sede de unos Juegos Olímpicos, con eventos esparcidos por una región bastante grande.
Durante más de dos meses durante el Otoño de 1909 más de tres millones de ladrillos iguales fueron colocados meticulosamente hasta crear la superficie original del trazado de dos millas y media (4023m). Ya en aquel entonces ambas rectas principales medían 1005m, las rectas cortas 201m y las cuatro curvas de 90º medían 402m con un peralte de nueve grados y un quinto. La pista siempre ha medido 15m de ancho en las rectas y 18m en las curvas. El creador del Indianapolis Motor Speedway, Carl G. Fischer, quería un circuito rectangular perfecto y así fue. En 1936 empezaron a asfaltarse las curvas y dos años después lo único que quedaba por los ladrillos era gran parte de la recta de meta. No fue hasta Octubre de 1961 que se reasfaltó todo salvo una yarda de ladrillos pegada a la línea de meta.
Los carriles de aceleración y deceleración pertenecen a 1993 y durante el Invierno de 1999/2000 fue creado gran parte del circuito de F1 que se uso en varias ocasiones durante el siglo XXI y que luego ha sido modificado repetidas veces para ser usado primero por MotoGp y luego la propia Indycar. Además de competir y ver competir dentro del Indianapolis Motor Speedway puedes disfrutar de un museo además de cuatro de los dieciocho hoyos que componen el campo Brickyard Crossing, recorrido que fue parte del PGA Tour de 1960 hasta 1968. Quizá lo que más destaque del recinto fuera de la pista son las gradas (obras empezadas una vez acabó la Segunda Guerra Mundial, anteriormente eran de madera y más pequeñas) y la famosa pagoda (la torre de control). La pagoda tiene bastante historia, la original fue construida en 1926 tras una visita de Carl G. Fischer a Japón y era de madera. Desde entonces la han echado abajo dos veces para renovarla. La actual fue construida en el año 2000 con motivo del USGP de Formula 1 y es la más grande de las tres.
A la hora de conducir por él, el óvalo es algo especial. Normalmente empiezas circulando por Gasoline Alley, la zona tras el pitlane donde hay más de noventa garajes. Apareces aproximadamente a mitad del carril de boxes y giras a la izquierda para encarar la dirección del óvalo (contraria a las agujas del reloj, obvio). El carril de boxes es muy amplio, está pensado para que pueda haber duelos entre dos y hasta tres coches. Una vez se acaba el muro puedes empezar a tomar velocidad por el carril de aceleración (el de deceleración sólo es obligatorio usarlo en práctica y calificación) y te incorporas al óvalo ya pasada la segunda curva. Pese a ser un óvalo perfecto (medidas iguales y las rectas representan norte, sur, este y oeste a la perfección) la vuelta no es tan simétrica como pueda parecer.
Las rectas son perfectamente opuestas y están rodeadas de forma distinta (la recta principal está más cubierta) por lo que los vientos y la iluminación hacen que dar una vuelta no sea algo 100% simétrico. Es perfectamente razonable que vayas sobre raíles al entrar a la primera curva pero notes que el coche no quiere girar en la curva tres. La diferencia en edificios y orientación también afecta a la temperatura del asfalto. Quizá esto no parezca demasiado pero cuando ruedas a 360kph de media tan al límite como durante las 500 millas de Indianapolis todo cuenta, todo afecta, todo puede ser el obstáculo que te empotre contra el muro. La Indy 500 es la carrera complicada que más fácil parece desde fuera pero no es casualidad que haya habido tantísimos accidentes graves a lo largo de la historia.
Empezamos repasando los eventos más destacables alrededor de la carrera con el primero de todos: la Little 500 de la Indiana University Bloomington. La carrera consiste en que 33 equipos universitarios compuestos por tres ciclistas amateurs cada uno deben completar un total de 200 vueltas a la pista de tierra de 400m del Bill Armstrong Stadium (también hay una versión de 100 vueltas para chicas). La competición sigue una parafernalia muy similar a la Indy 500 incluyendo el uso de coche de seguridad para accidentes y para la salida lanzada además del uso de banderas de competición. Normalmente se disputa 29 días antes de las 500 millas de Indianapolis.
El primer evento parte del calendario oficial del 500 Festival es el Mini-Marathon de Indianapolis, el medio maratón con mayor participación del Mundo. Además de ser el primer evento oficial (fin de semana anterior al Indianapolis Grand Prix) relacionado con las 500 millas también tiene en común que incluye toda una vuelta completa al óvalo. El recorrido es bastante agradable y rápido y es una gran manera de combinar la pasión por el automovilismo con la de correr.
El viernes antes del The Greatest Spectacle in Racing hay dos grandes carreras de coches también bien interesantes. Por un lado está la Freedom 100, que se disputa en el mismo óvalo con coches de Indy Lights (pensad en la GP2 de Indycar) durante 40 vueltas y a veces ha dado finales increíbles ya que es una pelea de rebufos pura. Ya por la tarde-noche se disputa la Carb Night Classic en el Lucas Oil Raceway, un óvalo de 1104m situado a 10km del grande, un evento parte del campeonato USAC Silver Crown que se suele disputar a 100 vueltas. Antiguamente asistir a esta carrera era una buena oportunidad para ver a las estrellas del mañana de los óvalos de USA pero hoy día los pilotos de Indycar y NASCAR vienen cada vez de entornos más variopintos.
Además de esas tres grandes citas deportivas el 500 Festival incluye conciertos tanto públicos como de pago, un par de desfiles y hasta el cambiar temporalmente las señales que ponen nombre a las calles en Indianapolis (sí, algunos están viviendo en la Fernando Alonso Street desde hace unas semanas). Si el calendario oficial os parece poco la repercusión externa de las 500 millas de Indianapolis no se acaban ahí. Gran parte de Indiana y hasta algunos lugares de Illinois celebran todo tipo de eventos tanto culturales como deportivos a lo largo de Mayo. El quinto mes del año es muy especial para muchos, les supone un cambio de ritmo.
Como ya habéis visto las 500 millas de Indianapolis es de los pocos eventos deportivos que aún revolucionan toda una zona durante varias semanas con cada edición. Durante unas semanas todo el mundo del motor USA mira a Indianapolis y los locales lo saben. Más de 250 mil aficionados suelen estar en el Indianapolis Motor Speedway durante la gran carrera. A eso hay que sumarle todos los trabajadores, los periodistas, los VIPs y los empresarios invitados. Nada concentra tanta gente en un recinto durante un día, aún hoy que la fama y la importancia no es lo que era sigue siendo lo más grande.
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