Algunos destinados tan solo para ser expuestos y admirados, otros sin embargo fueron llevados hasta el Jarama para poder ser disfrutados por sus afortunados propietarios, en las tandas de vueltas programadas al histórico circuito.
Entre los numeroso asistentes podían verse auténticas joyas y rarezas del automovilismo deportivo, como los Jaguar E-Type preparados con sus enormes tubos de escape abultando sobremanera en su estilizada trasera, o el pequeño Lotus Elan de primera generación, del que pudimos ver hasta dos unidades, con un aspecto tremendamente pequeño e inofensivo hasta que su piloto despertaba su impresionante rugido al arrancarlo.
Porsche 911
De todos los modelos presentes el rey sin duda era el 911, uno de los automóviles preferidos para emplear como base para modelos de circuito en todo el planeta, y que en esta edición del Vintage Festival disponía de un estatus especial, no solo por las numerosas unidades asistentes sino por los actos organizados para este modelo, como la salida tipo Le Mans celebrada el primer día del evento, con los pilotos corriendo hacia los coches antes de arrancar.
Del Porsche 911 se podían observar muchas variantes de varias generaciones, entre las que destacaban las míticas versiones RS cola de pato, todas debidamente preparadas para circuito, decoración racing incluida.
Junto a los RS se podían ver otras variantes no menos interesantes del 911, como un 911 RSR con su espectacular alerón trasero, o varías unidades dotadas de libreas míticas como las decoradas con los colores clásicos de Martini o Gulf.
Pero no todo eran seis cilindros alemanes, entre los vehículos de exposición encontrábamos en el stand de Seat los antiguos monoplazas de la Formula Seat, auténtica cuna de campeones o el fabuloso stand del Resort Ascari, en el que se podía ver un Ascari A10, una barqueta de competición, un antiguo Benetton B197, de la temporada de Jean Alesi y Berger al equipo italiano y como estrella indiscutible un Ford GT40 original, versión D del legendario deportivo de motor central y tan solo 40 pulgadas de altura.
Las sensaciones en el circuito, por tanto eran emocionantes para cualquier aficionado al motor, al estar rodeado de auténticas joyas del automovilismo clásico deportivo se le sumaba el ambiente festivo reinante y la constante banda sonora del sonido de los motores alrededor, que se transformaba en auténtico rugido cuando las piezas más radicales se preparaban para acceder a pista.
Era en esos momentos cuando se apreciaba el auténtico potencial de las maquinas presentes en el circuito, al sentir en el estómago las vibraciones producidas por el sordo ronroneo de las maquinas de escape libre, sin más limitación técnica que las que les deparan sus actuales propietarios.
Una de las joyas que podían pasar desapercibidas era la unidad del Ferrari 308 GT4 preparado al modo del 308GT4/LM, con el que guardaba muchas similitudes pero con el que tenía notables diferencias, como el frontal casi de serie que mostraba, en yuxtaposición con la parrilla única presidida por dos enormes faros que tenía el original.
No logramos dar con los propietarios cuando lo descubrimos por lo que nos guardamos las ganas para la próxima ocasión para descubrir más sobre esta interesante pieza.
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