Un año más este fin de semana se disputó el Goodwood Festival of Speed en la finca homónima de Lord March situada en West Sussex, Inglaterra. Hasta 150000 espectadores disfrutaron de todo lo que pasó por la subida en cuesta, el tramo de rally y el circuito offroad durante los cuatro días que duró. Para 2017 el motivo principal del festival fue celebrar el trabajo hecho por Bernie Ecclestone dirigiendo la Fórmula 1 pero hubo muchísimo más que eso.
El evento empezó en 1993. Lord March quería volver a organizar eventos de motor en su finca pero le prohibían usar el circuito de carreras así que creó el Festival of Speed alrededor de la corta subida en cuesta y en 2005 se añadió el tramo de rally para ver a algunos vehículos sobre tierra. Actualmente el evento consiste en ambos recorridos usados como pasarelas para ver a gran cantidad de vehículos desfilar además de una pequeña sección de tiempo dedicada a que algunos vehículos tanto de carreras como homologados como hasta prototipos intenten marcar el mejor tiempo posible. Además de verlos en movimiento también se pueden ver de parados y hasta existe un concurso de elegancia. Una de las curiosidades es que a partir de la segunda edición el Festival of Speed siempre se ha celebrado sin que coincida ni con un gran premio de F1 ni con las 24 horas de Le Mans.
El jueves empezó con muchos superdeportivos de calle incluyendo el debut mundial del Aston Martin DB11 V8 y del Vulcan AMR Pro de la misma marca. A partir de las 14:00 los participantes en la subida en cuesta contra el crono pudieron probar sus vehículos por primera vez, siendo un Subaru WRX Sti extremadamente modificado el más rápido. Además de lo ya dicho el evento es todo un salón del automóvil, con bastantes marcas montando stands al aire libre con sus mejores máquinas y comerciales bien dispuestos a conseguir vender alguna que otra unidad.
Otro debutante a los ojos del gran público fue la versión eléctrica del London Taxi, que aún está en fase de pruebas y se mostró con la típica pintura para esconder sus formas. En la parte offroad uno de los participantes más curiosos de este año era el famoso Citröen 2CV bimotor que hace ya unas décadas participó en el Dakar Rally además de un proyecto de Dean Lanzanta y un pequeño equipo que no recibió la atención merecida: construyeron versiones reales completamente utilizables a escala 1:1 de tres miniaturas que Tamiya fabricó hace ya más de 30 años (un Escarabajo de bajas, un buggy Chenowth y un Jeep Willys).
Los vehículos que abrieron pista el viernes fueron coches de carreras anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Es algo bien especial ver la velocidad que eran capaces de desarrollar ciertos vehículos con las nulas medidas de seguridad que contaban, estamos hablando de vehículos donde lo mejor que te podía pasar en caso de accidente era salir volando hacia fuera de la carretera. Una vez los viejos del lugar acabaron de pasar llegó el turno de las motocicletas, este año combinando motos de todas las épocas pero además de incluir una recopilación de motos usadas por Joey Dunlop, que murió corriendo en Estonia hace ya 17 años.
Tras las dos ruedas llegó el turno de algunos vehículos más peculiares, como varios vehículos NASCAR, varios coches de rally, un camión Kamaz del Dakar Rally y diferentes vehículos de drift, grupo cada vez más numeroso en el Festival of Speed. El viernes es uno de los días más largos, con algunos grupos de coches como los F1 contando con hasta dos pasadas. En la lucha contra el crono Mark Higgins mejoró el tiempo del día anterior con su WRX Sti, superando vehículos clásicos como el Penske-Chevrolet PC22 (CART 1993), el Jaguar XJR-12D (Grupo C 1990) o el McLaren M8F (Can-Am 1971) además de vehículos modernos supuestamente inferiores.
Los programas para el sábado y el domingo fueron casi repeticiones de lo mostrado el viernes sólo que incluyendo nuevos vehículos que habían llegado con algo de retraso como la unidad de Porsche 919 Hybrid que ganó las 24 Horas de Le Mans hace unos pocos días al igual que el Oreca 07 de LMP2 que terminó segundo en la general y primero de su clase. Aunque es un deleite ver y escuchar tal variedad de máquinas, a veces se echa de menos que algunos pilotos intenten ir algo más rápidos ya que a veces algunos vehículos van a velocidades que un Dacia Sandero podría igualar o hasta superar. El evento se llama Festival of Speed por algo y quizá Lord March debería animar un poco más a los participantes además de darle algo de cariño extra a la sección alejada del asfalto.
En lo competitivo, en la subida contra el crono para deportivos de calle modernos venció el Audi R8 Coupe con un increíble tiempo de 51,00 segundos siendo más rápido que el Nissan GT-R conducido por el español Lucas Ordóñez, el Porsche 911 Turbo S, el Lamborghini Aventador y el Ford GT. Dentro de la categoría de "coches de carreras para calle" el vencedor fue el BAC Mono (49,54) por delante del Caterham 620R y el Radical RXC Turbo. Muchos espectadores en directo han puesto en duda estos tiempos ya que al parecer hubo irregularidades en la toma de tiempos tanto en la salida como en la llegada.
El plato fuerte fue la subida de los coches de competición y este año Justin Law se llevó la victoria al subir en 46,13 segundos a los mandos de un Jaguar XJR-12D con el Penske-Chevrolet PC22 quedando a menos de una décima y el Subaru WRX Sti que había estado dominando el fin de semana mucho más atrás. Dentro del top10 entraron el proyecto polaco Arrinera Hussarya GT3, el Mahindra M4Electro de Fórmula E, la Toyota Tundra de NASCAR, el McLaren-Chevrolet M8F, el Dallenbach PVA Special que normalmente participa en la subida a Pikes Peak, el Mitsubishi Mirage de rallycross y un Porsche 911 GT3 Cup. El record de 41,6 segundos con Nick Heidfeld a los mandos de un McLaren MP4/13 sigue siendo insuperable.
Una vez más el Goodwood Festival of Speed no decepcionó. Tanto la exposición principal como la temática de algunas secciones como el número de vehículos participantes estuvo a la altura de lo esperado. Pedir algo un ritmo mínimo seguro que aumentaría el espectáculo pero no sería de extrañar que algunos propietarios se mostraran menos dispuestos a dejar sus joyas de museo. Las únicas pegas reales que se pueden poner es que la organización no parece tenerle casi cariño ni al tramo de rally ni a la pista offroad. En los próximos años deben empezar a tenerlos en cuenta pues por ahí también circulan auténticas maravillas que por lo general parecen ser ignoradas.
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