La edición 101 de las 500 Millas de Indianapolis será recordada por los accidentes, los fallos mecánicos, la presencia de Fernando Alonso y una amenaza de lluvia que nunca acabó por caer. Sin ser la mejor edición de la historia, la carrera de 2017 seguro creó muchos nuevos fans tanto para la competición como para el campeonato. Las historias a seguir tenían nombres propios como Scott Dixon, Alonso, Helio Castroneves y hasta James Davison pero con un plantel de pilotos tan bueno más de una docena de corredores tuvieron opciones realistas desde la bandera verde inicial.
Con muchos equipos mirando al cielo, la carrera empezó con un par de minutos de retraso. En los primeros instantes es bien destacable la mala salida de Fernando Alonso y el flojo ritmo inicial de Oriol Serviá mientras que Tony Kanaan demostraba ser un especialista de neumáticos fríos y depósito lleno e hizo camino desde el principio. Durante el primer cuarto de carrera quedó claro que los coches favoritos eran aquellos con motores Honda y las dos unidades de Ed Carpenter Racing. Una vez fue perdiendo peso Alonso empezó a recuperar puestos. Dos que empeoraron al perder peso fueron Scott Dixon y Ed Carpenter. TK lideró en las primeras paradas.
Una vez se acabó el ciclo de visitas al pitlane Alexander Rossi y el propio Carpenter salieron delante gracias a unas buenas actuaciones de sus equipos. Durante el segundo stint de carrera Rossi y luego Alonso disfrutaron del liderato durante varios giros pero todo se vio interrumpido cuando Jay Howard, que rodaba con varias vueltas perdidas por problemas en su coche, pisó la zona sucia y Scott Dixon no pudo evitarlo, ocasionando un enorme accidente que provocó una bandera roja para reparar la valla y limpiar la pista.
REPLAY: @scottdixon9 checked, cleared, and released after this turn 1 incident during the #Indy500 at @IMS. #INDYCAR pic.twitter.com/gaD950M27F
? IndyCar Series (@IndyCar) May 28, 2017
La resalida, comandada por Fernando Alonso, fue bastante limpia pero el español de nuevo sufrió al no encontrarse a gusto con gomas frías y tanque lleno. Por suerte, quienes le superaron fueron sus compañeros de equipo, llegando a haber cuatro coches de Andretti Autosport en el top4. Por detrás las peleas eran feroces y por desgracia acabaron mal, con Conor Daly dando contra el muro tras una situación de 4-wide al final del primer tercio de carrera y Jack Harvey también acabó retirándose intentando evitar el accidente.
Como ese último coche de seguridad salió no mucho después de la última resalida varios pilotos como Helio Castroneves, Will Power y Max Chilton decidieron no parar y buscar de progresar saliéndose de la secuencia de parada. Tras la segunda resalida del día pudimos ver algunos momentos increíbles con cuatro coches en paralelo mientras que por delante Chilton se hacía muy molesto, muy complicado de adelantar. Uno de los favoritos más ansiosos alrededor del ecuador fue Ryan Hunter-Reay, que intentaba hacer adelantamientos arriesgados y empezó a bloquear hasta casi las últimas consecuencias. Una vez los pilotos fuera de secuencia pararon Castroneves y Power salieron delante de los líderes, con el australiano llegando a bloquear a la cabeza de carrera intentando no ser doblado. Todo esto se vio interrumpido en la vuelta 120, cuando Buddy Lazier intentó no molestar a los líderes y acabó sufriendo un violento trompo que lo mandó contra el muro.
Buddy Lazier becomes the latest #Indy500 casualty. The field running behind the pace car. Driver ok pic.twitter.com/11cqabVOZM
? Tom Spencer (@TPSpencer88) May 28, 2017
Después del accidente del ganador de 1996 los problemas se sucedieron. Primero hubo un coche de seguridad por suciedad (pieza de fibra en el asfalto, luego hubo unas pocas vueltas de carrera que acabaron cuando RHR reventó el motor de su Honda y en la siguiente resalida fue Ed Carpenter quien perdió una pieza. A falta de algo más de cincuenta giros un nuevo puñado de pilotos se salieron de la secuencia, esta vez fueron menos como Chilton (segunda vez), James Davison, Ed Jones y otros pocos. El penúltimo golpe de teatro sucedió con la doble rotura de Charlie Kimball (Honda) y Zach Veach (Chevrolet), lo cual dejaba la carrera como un duelo a un depósito entero.
La siguiente resalida de nuevo fue muy tensa, con todos los pilotos y equipos sabiendo que ya no había lugar a la estrategia. Todo se truncó con el tercer motor Honda en decir "basta", el de Fernando Alonso, que en la vuelta 179 se rompió sin avisar.
Precisamente en la resalida hubo un accidente donde Davison, Serviá, Power, Hinchcliffe y Newgarden se vieron afectados (vuelta 184). Con esto quedaba un sprint de menos de 45km para acabar la carrera. En un principio Max Chilton se pudo defender de los embites de Takuma Sato y Helio Castroneves pero el británico acabó por ceder. Tras unos momentos donde el brasileño mandó Sato se puso líder a falta de cinco giros usando la superior potencia de su coche. H3lio lo intentó una vez más a falta de tres giros pero falló en el cálculo y no pudo volver a presionar al japonés.
No feeling can match the feeling of winning the #Indy500 #INDYCAR #winnersdrinkmilk pic.twitter.com/mXd9QHal9N
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Después de un par de revoluciones tensas pero sin movimientos delante, Takuma Sato ganó la edición 101 de las 500 Millas de Indianapolis por delante de Helio Castroneves, Ed Jones, Max Chilton y Tony Kanaan. Completaron el top10 Juan Pablo Montoya, Alexander Rossi, Marco Andretti, Gabby Chaves y Carlos Muñoz. El japonés devolvió así la confianza que Honda siempre ha tenido en él, lo cual ha supuesto más de 20 años de apoyo en F3, F1 e Indycar. Con estos resultados, Castroneves (245) se pone líder del campeonato por delante de Pagenaud (234), Sato (234), Dixon (234) y Rossi (190) a falta de diez carreras en nueve fines de semana. El fin de semana que viene Indycar vuelve, esta vez para disputar la doble ronda en el circuito urbano de Belle Isle, una isla-parque a las afueras de Detroit, Michigan.
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