En los últimos meses la presión por transformar la pachanga en un evento puntuable ha ido aumentando. De cumplirse, la voluntad de los equipos cambiaría por completo y muchos empezarían a poner más carne en el asador, dando al campeonato otro punto de apoyo para dar un giro a la tabla de puntos de buenas a primeras.
Sin rivales
Ford no ha dejado títere con cabeza en las dos primeras carreras en Melbourne. Los Falcon FGX se aprovecharon de su buena velocidad punta y ni Mark Winterbottom ni Chaz Mostert se han inmutado en las salidas a doble fila. Con calma y sensatez se apuntaron ayer sendos dobletes, manteniendo una jauría de Holden a ralla.
"Sienta bien saber que puedes ganar. El año pasado nos faltó motivación a partir de la mitad de año y fue deprimente", comenta Frosty. "Este año en Adelaide no fuimos lo suficientemente rápidos, y aquí las cosas han cambiado un poco."
Shane Van Gisbergen y James Courtney se erigieron como los mejores del resto. Se esperaba que en la pelea también estuviese Scott McLaughlin, pero una salida de pista en la primera carrera y un golpe con Dale Wood en la segunda dejaron al correoso Volvo S60 rezagado en el pelotón. A consecuencia del contacto con el Holden #21 de Brad Jones Racing, McLaughlin fue sancionado con cinco puestos en la parrilla de salida. Como en la carrera de hoy sábado no ha podido completar al completo la penalización, la misma se acumula para la de mañana domingo.
Otro incidente a destacar fue el golpe de Tim Blanchard, Ash Walsh y Marcos Ambrose en los primeros metros de la primera carrera. Por suerte los tres coches pudieron ser reparados sin mayores problemas y participaron en la segunda carrera.
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