Este fin de semana ha sido la fecha más marcada del calendario para todos los amantes del motor clásico de nuestro país, por la celebración de la edición 2014 del Jarama Vintage Festival, en las instalaciones del circuito madrileños.
En un evento plagado de cosas que ver, puestos en los que perderse y maravillas motorizadas de las que merece pasar tiempo admirando, el Jarama acogió a una buena parte de la fauna amante de la combustión interna de la península ibérica, en lo que ha sido una de las grandes citas del año del motor en nuestro país, y que repasaremos en esta serie de artículos.
Motociclismo
Que nuestro país tiene una gran y longeva cultura motera se sabe en medio mundo, y buen ejemplo de ello es la cantidad de marcas nacionales que se dedicaron a este negocio, lamentablemente muchas ya desaparecidas.
En los distintos stands y boxes podíamos ver auténticas joyas del motociclismo español, desde varias piezas muy bien conservadas de modelos Ossa o Bultaco, hasta las Derbi de Gran Premio de nuestro campeón Angel Nieto.
Expuesta estaba también la KTM con la que nuestro joven Marc Márquez conquistó el campeonato Mundial de 125 centímetros cúbicos, que sorprendía a los neófitos con su reducido tamaño, de muy baja altura.
Los aficionados a las dos ruedas podían disfrutar de la pléyade de modelos clásicos de competición presentes, con unidades de muy distintas marcas y épocas, como MV Agusta, Derbi, Cagiva, Yamaha y un largo etcétera de modelos, muy curiosos y reseñables, que además, se encontraban en un perfecto estado de forma, como demostraron en las distintas tandas de vueltas que dieron al circuito del norte de Madrid.
Clubes de aficionados
Como casi toda la participación del festival, los modelos presentes eran propiedad de aficionados, no de equipos o marcas, los cuales demostraban sin duda su pasión por las dos ruedas con el cuidado exquisito de todas las maquinas.
Como estos, una de las sorpresas más agradables que nos llevamos en esta edición fue conocer una de las últimas iniciativas de aficionados a las dos ruedas, con el club de propietarios de las ya clásicas Honda MBX y NSR, modelos de la juventud de aquellos nacidos en los sesenta y setenta.
Nacidos de manera casi casual, estos apasionados de las dos ruedas han organizado un club muy bien estructurado que cuenta incluso con web propia en la que muestran sus actividades y la labor personal realizada, en muchos casos desde que se hicieron con unos modelos de los que nunca se han desprendido.
Con un aspecto casi nuevo pudimos contemplar muchas unidades de esta moto, pensada para el público más joven de la década de los ochenta, modelo que supuso toda una revolución en su época gracias a su tecnología más propia de modelos más grandes y caros. Reseñable la unidad firmada por el propio Freddie Spencer, estrella de la marca en los años ochenta y protagonista de excepción de la promoción del modelo en su lanzamiento comercial.
Cita de lujo
Tanto el paddock como la pista rebosaban de actividad sobre dos ruedas, a los modelos expuestos se sumaban las unidades que se encontraban en los improvisados boxes o las que se podían ver evolucionar en pista o el circuito de cross, habilitado para tal efecto en un extremo de las instalaciones. Pero el caso es que en todo momento del fin de semana se podía oír el rugir de un motor de motocicleta en algún rincón del Jarama.
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