La tan esperada meta. Cuando un equipo entra en una competición de motor, rara vez está ganando de buenas a primeras. O al menos eso dice la teoría. Volkswagen, Citröen y ahora Volvo han demostrado que, con preparación y esfuerzo, se pueden ganar carreras -y campeonatos- en el primer año.
El S60 fue un coche revolucionario. En Adelaide encandiló al público aguantando a Whincup en lo que ya es un clásico de los V8 Supercars. A lo largo de las siguientes citas mejoró y los problemas de fiabilidad van menguando. En el Albert Park cruzó la meta primero, pero no de forma oficial. Hoy sí.
Las gomas la clave
Un total de diecisiete vueltas es lo que han durado los neumáticos para algunos. Que haya habido paradas en boxes no significa que haya sido estratégica la carrera. Más bien al contrario gracias a la extrema degradación del caucho.
Desde la salida se ha visto que quien tirara saldría perjudicado. Craig Lowndes se ponía primero en la salida, y Scott McLaughlin tenía que luchar codo con codo la segunda posición con Fabian Coulthard. Antes de finalizar la primera vuelta Lowndes ya tenía más de segundo y medio sobre el resto, y pudo administrar la ventaja lo máximo que pudo. Por detrás, Lee Holdsworth se pegaba por escalar puestos y se colocaba tercero antes de las paradas. Russell Ingall caía hasta fuera del top-10 al estar metido en mil y una batallas, provocando que se fuera por el exterior el 90% de las veces y pisando la zona sucia.
Y llegó el baile. Mark Winterbottom y Will Davison paraban pronto y podían recortar tiempo a McLaughlin y Lowndes, que perdía el coche y permitía al neozelandés de volvo arrebatarle la primera posición un par de vueltas antes de pasar por boxes. Hacia mitad de carrera casi todos habían realizado la detención de emergencia a cambiar gomas, excepto Jack Perkins y Shane Van Gisbergen. Ambos se arriesgaron y casi les sale bien.
Debido a las tres vueltas de margen entre los neumáticos de Winterbottom/Davison y los de Scott McLaughlin, el Volvo S60 les comió terreno tras salir por detrás de boxes y se puso líder virtual de forma limpia y ordenada. Y empezó a tirar, atrapando a Van Gisbergen y Perkins, que estaban enfrascados en una batalla sin cuartel. McLaughlin esperó detrás de ellos y en la frenada de la curva 6 eligió el momento para sobrepasar por el liderato físico de la prueba a Perkins. Pero no estaba todo terminado.
Coulthard paró en la vuelta 23, y con las gomas varios giros más jóvenes tenía la clave de la carrera en la mano... siempre y cuando McLaughlin se dejara. El S60 mimó las gomas como si fueran sus hijas, y a falta de cuatro para el final el margen era mínimo pero suficiente. Y entró en juego un factor determinante: las luchas por el podio.
El hecho que la segunda y tercera posición estuviera disputada permitió al de Volvo respirar un poco más tranquilo, pero no le aseguraba nada tampoco. Coulthard a un segundo... dos vueltas... Coulthard seguía a un segundo... últimos giros.... se acerca el de Brad Jones Racing en curva siete pero no es efectivo y... ¡Scott McLaughlin cruza la meta y gana en Barbagallo! ¡Volvo gana su primera carrera oficial de los V8 Supercars!
Coulthard fue segundo y Mostert, que pasó a Winterbottom a pocos giros para finalizar la primera carrera, cerró el podio. Frosty fue cuarto y Holdsworth quinto en una gran actuación de Erebus, metiendo a ambos pilotos en el top-10.
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