En los últimos años los V8 Supercars han dado espectáculo en pista pero siempre dejaban con un regustillo diferente al que se esperaba. ¿Hay alguien capaz de batir a Jamie Whincup? Seis títulos en su mochila -en un bolsillo no le caben ni de broma- y el déja vú de cada año. Vayamos con el hexacampeón antes de ponernos con los atrevidos paladines que quieren arrebatarle el cetro. Normalmente se suele destacar a cinco, pero esta vez son seis.
Jamie Whincup
Ya de por sí merece mención honorífica. El mejor piloto de la historia ?por el momento- que ha pisado el ATCC/V8 Supercars. Hombre récord con más títulos y encima el más joven en conseguir cinco. El de Melbourne cumplirá treinta y dos años el próximo sábado y no parece que su hambre tenga fin.
Es un monstruo al volante, y eso que en sus primeros años en la categoría estuvo a punto de no continuar por falta de rendimiento. Irónicamente, ahora es el hombre que tiene el futuro a sus pies. Su capacidad de trabajo y concentración lo convierten siempre en un peligro, aunque le cueste arrancar. Una vez da con la tecla, la victoria está un poco más lejos para sus rivales. No solo es constante a nivel de ritmo, también en el cuerpo a cuerpo es un hombre a temer. Sabe apurar las frenadas, dejar correr el coche. Es capaz de tirarse estando a treinta metros del coche de delante y clavar su Holden en el vértice. Lo que comúnmente se dice 'tirar el ancla'.
Este será su décimo año en Triple Eight. En sus inicios en el equipo, Roland Dane lo contrató para ser escudero de Craig Lowndes. Y lo fue, solo un año. Whincup quería ganar. Es el Terminator de los V8 Supercars y de momento en lucha directa por el título sólo tuvo un fallo: 2010. El resto, victorias incontestables. Sin duda el hombre que mancha los pantalones del resto en cuanto aparece en los retrovisores... Bueno a algunos no.
Scott McLaughlin
El hombre sandalia afronta su tercera temporada completa en la categoría y es uno de los favoritos ya de cara al título. Tremendamente veloz, Scott va de camino a convertirse en el piloto más popular de la parrilla. Juvenil, humilde y sobre todo trabajador es la carta de presentación del chaval que 'dio zapatilla' a Whincup en Adelaide en una de las mejores luchas de la temporada 2014. "Puse primera, le di zapatilla y, j***r, ¡sí!". Así lo describía McLaughlin a los micrófonos de la televisión australiana.
Al gran talento y gran carisma del neozelandés, hay que añadir un coche competitivo y un equipo que le ha sabido mimar y guiar. Su punto fuerte es la explosividad, aunque a la vez es su punto débil por ser quizá demasiado agresivo muchas veces. En Adelaide el año pasado demostró que puede pasar del cielo (podio en la segunda carrera) al abismo, perdiendo en la primera curva de su vuelta lanzada lo que hubiese sido casi seguro tiempo para estar en primera línea para la carrera larga. Desde entonces, sólo ha hecho que mejorar. Un final de año muy bueno, pero que superó un compatriota suyo.
Shane Van Gisbergen
Hace dos años el futuro de este neozelandés estaba en el aire. Acabó a malas con Stone Brothers Racing y el cambio a Mercedes del ahora equipo Erebus, y quizá no se arrepienta de ello. Shane se subió entonces al carro de TEKNO Autosports y se ha convertido en el sherpa en lo que ha sido la escalada de la formación en los V8 Supercars. Un final apoteósico de temporada del de Auckland y su caché como piloto está por las nubes. No es para menos
Tras Whincup es el otro gran favorito, y con todo merecimiento. La calma y el talento de Van Gisbergen le llevaron no sólo a la pole en la Bathurst 1000 del año pasado, sino a liderar una gran parte de la misma. En el último coche de seguridad caló el coche en la parada en boxes que realizó y el embrague dijo basta. Pero volvió con muchas ganas y en Sydney demostró que si se centra tiene gancho. En seco aún le queda pulir algún fallo, pero en mojado es una máquina: tres de cuatro carreras ganadas en 2014 en el líquido elemento y en la última de ellas se aseguró el subcampeonato de la categoría.
Sobre lo que puede ser su 2015 decir tan sólo un elemento a tener en cuenta: TEKNO es un equipo con material preparado por Triple Eight. ¿Podrá el equipo "satélite" desbancar al "oficial"? A diferencia de Walkinshaw Racing y los coches #222 y #4, TEKNO es un equipo independiente pese a tener material de primera clase y eso significa que Van Gisbergen será un peligro para Whincup.
Craig Lowndes
El cuarto de los seis que en teoría estarán arriba. Nunca se debe descartar a Lowndes de la lucha por el título. Su larga trayectoria en la categoría es de admirar, y es el único piloto en activo que participó en la carrera inaugural de los V8 Supercars en 1996.
Tras un paso mediocre en la F3000, Craig regresó a casa con Holden en 1998. Dos campeonatos unidos al primero que consiguiera en 1996. Estaba en la cresta de la ola... pero no ha vuelto a conseguir una corona desde 1999. Dieciséis temporadas sin oler un título de pilotos pesan, pero Lowndes nunca se rinde. Luchó contra Rick Kelly en 2006 y con su compañero en los últimos años. Siempre le faltó un poco de fortuna y un poco de garra en algunos momentos, pero estará en el lío en 2015.
Terminar cuarto en 2014 por apenas cien puntos (una victoria en la carrera de domingo de los SuperSprint son 150) puede doler, y más tras luchar desde el primer día el campeonato, siendo el primer líder del mismo. El piloto más carismático de la parrilla querrá revancha, y es de los duros de roer.
Mark Winterbottom y James Courtney
Cuatro me parecían pocos, y cinco es un número impar. Eso y que me era difícil escoger el último 'favorito' de cara a 2015, de ahí que eligiera a dos pilotos de dos marcas rivales y que suelen poner picante a las carreras.
Empezamos por Frosty. Mark Winterbottom es el eterno rival de Jamie Whincup. Ambos llevan peleándose desde la Formula Ford, y siempre una lucha entre ambos es digna de ver en pista y fuera de ella. Pese a la insistencia, el #5 de Prodrive Racing Australia -anteriormente llamado Ford Performance Racing- tiene el casillero de títulos a cero. La irregularidad le mata cualquier opción de enfrentarse de tú a tú con el hexacampeón, y cuando está en esa posición, la agresividad le lleva por encima del límite. Por ejemplo en Sydney 2013, cuando se llevó por delante a Lowndes en una de las maniobras más polémicas de los últimos años.
Estrenando el Falcon FGX, Winterbottom tiene en su mano una última intentona de ganar el título con apoyo oficial Ford. Lo malo es que la estabilidad alrededor de su persona no es la idónea: en los tres últimos años se le han ido tres ingenieros de pista, cosa que complica la afinidad dentro del propio equipo. Si no hay buen feeling, todo talento es insuficiente.
En cuanto al sexto piloto, no es como el niño del Sexto Sentido. ¿O sí? ¿Qué se puede esperar de James Courtney? Campeón en 2010, batió ese año a Jamie Whincup de la mano de Adrian Burgess. En 2013 llegó el hermano del ex ingeniero de pista de Valentino Rossi a Walkinshaw Racing desde Triple Eight, y en 2014 las cosas empezaron a funcionar aunque no al ritmo del equipo de Roland Dane. Por eso 2015 es clave en el devenir dentro de la pelea entre equipos oficiales. Courtney es más maduro que en 2010 y sabe qué necesita para estar arriba. ¿El problema? La intensidad le va a rachas: un día puede ganar en Adelaide y el siguiente perderse en medio del pelotón. Un problema que afecta al 80% de los pilotos de la categoría debido a la igualdad. En una sesión clasificatoria puedes encontrar a los veinticinco pilotos en menos de ocho décimas.
Definitivamente, 2015 será un año distinto. Seis -a mi punto de vista- favoritos, catorce eventos y lo que será una lucha sin cuartel. Puede que haya pilotos que molesten a estos 'elegidos', pero ya habrá tiempo para hablar de ellos. A veces no conviene despertar a los underdogs. Este fin de semana en Eastern Creek se empezarán a dibujar las líneas de lo que será una temporada de película.
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