Shane Van Gisbergen y Fabian Coulthard han sido los hombres con más tacto en el día de hoy. También los más inteligentes. No se han molestado en absoluto. Por detrás no ha habido nadie que no saliera con un ojo morado o arrastrándose. Las gomas más blandas de Dunlop -denominadas Sprint Tyres- han dado muchos problemas.
De la fiabilidad al caos
Tres coches de seguridad han aparecido en los primeros 100 kilómetros disputados en el día de hoy, y quizá eso ha relajado la degradación, pero precisamente no ha impedido que la línea sucia de la pista fuese un lugar prohibido. También es cierto que el primer coche de seguridad lo ha causado un motor, que no un accidente.
Scott McLaughlin empezaba un día de perros. Bueno, antes de empezar Garry Rogers Motorsport ya lo tenían ya que el coche de Robert Dahlgren sufría un desfallecimiento mecánico que le obligaba a quedarse en tierra. Pero tiene una parte buena: se ahorra mínimo 1 set de neumáticos de cara a mañana. No era el día de Volvo. Tras una prematura parada de McLaughlin, lo hacían volver a pista y tras un par de giros, el motor de su Volvo S60 expiraba. Coche de seguridad y un reagrupamiento que deparaba emociones fuertes.
Vista la degradación y el bajón brusco de las gomas, Russell Ingall se tiró a la piscina. Entró y cambió los cuatro neumáticos ya que el Safety Car le daba la parada gratuita. Se reincorporó en la cola del pelotón, y esperó. Y no tardó en recibir sus frutos.
Por delante la salida fue limpia en cabeza, pero no en el grupo. Que si Mostert se iba por el sembrado, que si se reincorporaba frenando al grupo, ahora era Courtney quien se veía molestado por Mostert y provocaba el trompo del mismo. Pye por la hierba. Tim Slade se tocaba con Winterbottom. Vamos, que del grupo no salía casi nadie de una pieza. Courtney trotaba hacia los boxes tras romper la suspensión delantera y dejar el parachoques en medio de la pista. Y por si fuera poco, David Reynolds y Nick Percat se salían de pista en la curva 7. Coche de seguridad de nuevo.
Por delante, ni Fabian Coulthard ni Shane Van Gisbergen tenían problemas. Iban pensando en su carrera, y por detrás Craig Lowndes no conseguía salir bien. Las gomas se empezaban a quejar, y eso quedaba patente en las nueve posiciones que había recuperado Ingall en pocos metros. Del puesto veintitrés al catorce, contando a los involucrados en el incidente de la primera curva. La estrategia le salía bien. Gomas nuevas, doce vueltas para el final y era más de un segundo más rápido que el resto. Necesitaba calma y serenidad.
En la resalida de nuevo el caos reinó. Todd Kelly no pudo frenar al pisar la zona sucia y daño la suspensión delantera de su Nissan. No sería la única desgracia para la marca nipona, pues más adelante Rick Kelly y James Moffat se verían involucrados en un toque entre ellos que les mandaría a la parte final del grupo. El Nissan de Kelly quedó en el borde del circuito. Tercer coche de seguridad en a penas seis vueltas. Ya lo dicen, a la tercera va la vencida.
El enfado del día
Esta vez la salida fue limpia, y el espectáculo estaba por llegar. Cual jockey en una carrera de caballos Russel Ingall apretaba -y de que forma- a su montura y a sus rivales. ¡Toca a David Wall, que a su vez toca Caruso y trompean ambos! Una maniobra arriesgada que se salda con varias posiciones ganadas por Ingall, quien se acercaba peligrosamente a la cabeza de carrera.
A menos de cinco para el final, una vez The Enforcer se encontraba en posiciones de podio, desde dirección de carrera le penalizaban con un Drive-Through. Visiblemente enfadado, cumplió la penalización, pero el espectáculo por parte del veterano piloto estaba lejos de acabar. Salió décimo quinto y terminó en décima posición, tras adelantar a los dos Ford de Dick Johnson Racing, Garth Tander, a David Reynolds y a Chaz Mostert. Pero, lejos de acabar ahí, la penalización trajo consecuencias verbales. "Reglas absurdas creadas por gente absurda", comentaba Ingall una vez bajaba del coche.
En estos momentos los comisarios están pensando si sancionar a Ingall (con puntos o multa económica) por esa salida de tono un tanto agresiva e irrespetuosa. Coulthard y su victoria de punta a punta quedaba eclipsada por un caos que dejó unos resultados quizá no tan fieles a la realidad. Pero bueno, esto son las carreras. A veces son plácidas para unos, difíciles para otros.
Artículos recomendados