Pudimos comprobar que el nuevo Fiat 500X en persona causa la misma sensación a prácticamente todo el mundo, la primera reacción que se suele tener al verlo en vivo es comentar extrañado que "es más grande que el 500".
Lo cual parece que no lo evidencian sus imágenes, ya sea por el propio marketing del modelo, que ha sido promocionado como una versión del 500 "bajo los efectos de una pastilla de Viagra" o bien porque su diseño es demasiado similar al coqueto utilitario. Que realmente mide nada menos que 71 cms. más que el 500 modelo 2014, como vimos en la primera parte de este reportaje.
Sin embargo, se aprecia bastante compacto visualmente, ya que no denota los 4.25 metros que marca su longitud. En cuanto a la habitabilidad interior es muy correcta, sin haber tomado medidas no nos atrevemos a afirmarlo, pero parece estar entre los más capaces del segmento.
Al volante
Ya dentro, su diseño moderno curiosamente no llama la atención si estás acostumbrado a montar en ejemplares del 500 utilitario. Su moderno salpicadero divide la consola entre la pantalla central elevada y un pequeño tablero de mandos bajo ella, en medio del salpicadero. Todos los mandos quedan a mano y la habitabilidad es buena.
El funcionamiento del motor de 1.6 litros atmosférico de 110 caballos es suave pero voluntarioso. No tiene la respuesta en baja y media de los motores actuales sobrealimentados pero responde bien, no en vano el modelo no es demasiado pesado. 1.350 kilos arroja en la báscula según los datos oficiales ofrecidos por Fiat.
Los consumos sin embargo son la parte negativa de esta versión, la más económica. Con caja de cinco relaciones y tracción delantera sin sistema Start&Stop, el consumo medio homologado es de 6.4 litros a los 100 mientras que el urbano se queda en 8.7. Trasladados a la realidad de la calle, con cuatro ocupantes a bordo, un poco de equipaje y el casi obligatorio empleo del aire acondicionado, el consumo es habitual llevarlo a los 10 litros a los 100. Aunque en esta breve prueba no dispusimos del tiempo para verificarlo exactamente.
Sensaciones
Para el que no esté acostumbrado a los crossover actuales, el tamaño y las formas del coche pueden confundirles un poco de entrada, porque si bien se encuentran sobreelevados con respecto a un compacto tradicional de la misma longitud, lo cierto es que no da la sensación de estar en un coche grande en ningún momento.
El 500X se siente manejable y ágil, incluso con esta motorización, dando mucha confianza incluso al realizar maniobras de aparcamiento. La respuesta del motor y la suavidad de los mandos es la que podemos esperar en cualquier modelo de última hornada. Lo suficientemente comunicativo pero filtrando la mayoría de sensaciones que nos transmite la carretera, a lo que contribuyen unas suspensiones que nos resultaron lo suficientemente blandas, sin pecar en excesos.
En definitiva, aunque nos quedamos con ganas de probar una versión más alta y capaz, el 500X se perfila tal y como nos lo imaginabamos, una alternativa con diseño en el recién nacido segmento de crossovers de pequeño tamaño, apto para un amplio abanico de usuarios.
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