Como buenos amantes del motor que somos, cuando nos pusimos en contacto con los responsables de prensa de Audi para solicitar la prueba de un Audi A3 Sedán, le pedimos en gasolina, con la idea de testar su exquisito chasis por carreteras de montaña mientras se escucha el rugir del motor a más de 6.000 rpm. Sin embargo, la única unidad disponible montaba el propulsor 2.0 TDI asociado al cambio automático S Tronic, una combinación que tal y como veremos al final de la prueba parece ser la más sensata de cara al futuro propietario, tanto por consumos como prestaciones. ¿Nos acompañas?
Un Audi A4, al igual que ocurre con el Mercedes-Benz Clase C y el CLA, no comparte prácticamente elemento alguno con el A3 Sedán. Además de montar plataformas y configuraciones mecánicas diferentes, el A4 es 25 cm más largo y alrededor de 5.000 Euros más caro.
Mecánica
El Audi A3 Sedan está disponible en el mercado español con dos motores diésel, un 2.0 TDI con potencias de 150 y 184 CV y un 1.6 TDI de 110 CV mientras que las versiones gasolina están compuestas por el 1.4 TFSI y 1.8 TFSI de 140 y 180 CV respectivamente. La tracción integral Quattro está disponible en el motor 1.8 TFSI y en el 2.0 TDI con un sobrecoste de 2.240 euros en el primer caso y 3.340 euros en el segundo.
Nuestra unidad de pruebas, equipada con el motor 2.0 TDI y el cambio automático de doble embrague y seis marchas conocido como S Tronic, entrega al eje delantero 150 CV de potencia disponibles de manera constante entre las 3.500 y las 4.000 rpm así como 340 Nm de par motor entre las 1.750 y 3.000 rpm. La transmisión, como siempre, es una delicia. Las mejoras realizadas respecto a su antecesora en maniobras de aparcamiento se hacen patentes, permitiendo modular el gas con mayor precisión que las de antaño. En el sentido opuesto, cuando pisamos a fondo en el modo Sport, parece que estemos ante un vídeo juego por la velocidad con la que la aguja de las revoluciones sube y baja cada vez que presionamos una de las levas. Instantáneas. También cuenta con un modo de conducción a vela, disponible únicamente al seleccionar el programa Efficency del Audi Drive Select.
El motor 2.0 TDI 150 CV es uno de los mejores propulsores del segmento en cuanto a prestaciones, suavidad y refinamiento de marcha se refiere. Desde bajas revoluciones, en cualquiera de las marchas, la recuperación es buena, saliendo muy rápido si estiramos hasta arriba el motor y apretamos a fondo el acelerador. En ese aspecto da la sensación de estar ante un vehículo de mayor potencia y tal vez sea su reducido peso el que ayuda a causar dicha impresión así como la respuesta de la transmisión. El sonido que emite el tubo de escape, por extraño que parezca en un diésel, parece hasta bonito cuando estiramos las marchas y en ningún momento llega a parecer molesto. Sus consumos, sin embargo, aunque bajos no son de los mejores del segmento.
En conducción por autopista, manteniendo los límites legales de velocidad, podremos ver cifras que rondarán los 5.0 Litros/100 Km. Un Peugeot 508 2.0 BlueHDI o un Opel Insignia 2.0 CDTI gastan menos. En ciudad, en función de si llevamos o no activado el sistema Start&Stop, el ordenador de abordo rondará entre los 6,5 y 7,5 Litros/100 Km. El consumo medio que hemos conseguido a lo largo de los más de 500 Km que hemos realizado al Audi A3 ha sido de 6,3 Litros/100 Km por lo que unido a un depósito de 50 Litros, la autonomía queda estimada en 750 Km.
Audi ofrece a sus clientes tres tipos de suspensiones, habiendo probado nosotros la intermedia en cuanto a dureza se refiere, acompañada por unas llantas de 19 pulgadas, de impecable diseño, montadas sobre neumáticos Pirelli P Zero con medidas 235/35 R19. Sin lugar a dudas, esta combinación de suspensión-llanta es ideal para correr en curvas ya que deja balancear poco la carrocería, ofreciendo además una gran seguridad en cualquiera de las acciones que realiza el conductor sobre el volante o los pedales.
En ciudad, con el estado de las carreteras españolas, en algunas ocasiones puede llegar a ser algo incómodo, teniendo que superar los badenes o imperfecciones de la vía a muy baja velocidad, debido principalmente al escaso perfil de los neumáticos. Para aquellos que busquen en todo momento confort de marcha, la suspensión de serie será la más adecuada junto con una llanta de 17 ó 18 pulgadas. Las de 19 pulgadas, aunque preciosas a la vista, obligan a tener un mayor cuidado con los bordillos, pudiendo dañarlas fácilmente.
La dirección adaptativa que montaba nuestra unidad es de tipo eléctrica y capaz de variar el ángulo de giro en función de la velocidad mientras que el equipo de frenos ofrece una capacidad de deceleración alta a la vez que estable. La sensación de seguridad a los mandos del Audi A3 Sedán es elevada, gracias entre otros elementos el sistema de frenado automático, el cambio involuntario de carril, capaz de girar por sí solo el volante cuando circulamos por autopista o carreteras, así como por todos aquellos elementos del chasis que dan una estabilidad muy elevada.
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