Tras un pequeño briefing informativo en el Centro Porsche Toledo, donde tuvo lugar la jornada de prueba, repasando las distintas características y sistemas presentes en el Macan Turbo, procedimos a inspeccionar y tomar contacto con el modelo sujeto de la prueba.
De carrocería negra, la versión de la unidad probada fue fácilmente reconocible por su frontal, con sutiles pero apreciables cambios con respecto a las dos versiones S, como la redisposición de los LEDs delanteros en las entradas de aire en lugar de estar dispuestas sobre estas. Así como las formas cuadradas de la cuádruple salida de escape, que en el resto de la gama son redondeadas.
Revisando exteriormente el modelo descubrimos que el espacio interior es más que aceptable para viajar con comodidad, incluso disponiendo de una talla alta. La banqueta trasera admite con comodidad a dos pasajeros adultos y el maletero, de 500 litros puede acoger con soltura el equipaje de varias personas.
A lo que se añade la posibilidad de abatirlos en proporción 40:20:40, lo que permite una gran versatilidad para aquellos momentos en lo que sea necesaria mayor capacidad de volumen.
Puestos a sus mandos sorprende el contenido espacio que envuelve al conductor, con todo muy a mano el puesto de conducción no parece el de un vehículo de estas características, sino el de un modelo enfocado hacia la conducción.
Junto al volante, inspirado en el que encontramos en el deportivo 918, encontramos una consola central muy horizontal, herencia del Panamera, que aglutina todas las funciones de climatización, la palanca de cambios, el activador del freno de estacionamiento eléctrico y los pulsadores para los distintos modos de conducción.
Sobre esta y ya en clásica posición vertical disponemos de una pantalla multifunción, desde la que se accede a los sistemas multimedia y el eficaz sistema de reconocimiento de señales.
Tablero de mandos clásico de la marca, tres relojes redondeados con el cuentarrevoluciones en posición central y llave de contacto a la izquierda, sabor clásico Porsche para un modelo ultra-moderno de la marca alemana.
Conducción
Una vez puesto en marcha el silencio y el confort son la nota predominante y más llamativa, el sonido del V6 de doble turbo apenas se deja oir en el interior mientras que el manejo a bajas velocidades ya nos advierte de la sencillez y comodidad de manejar este artefacto cercano a las dos toneladas.
El manejo urbano simplemente es tan sencillo y cómodo como el de un utilitario moderno, y quitando la primera impresión de estar sentado un poco más alto que en un turismo convencional, lo cierto es que no tiene tacto SUV ni siquiera durante las maniobras más básicas.
El recorrido de prueba, habitualmente empleado por los profesionales del Centro Porsche Toledo era una gran selección de tipos de vía y firme, incluyendo autopistas, carreteras convencionales y asfalto en un pésimo estado, ideal para testar la comodidad de cualquier modelo.
En modo normal el Macan se muestra muy sobrado, tanto de potencia como de bastidor, haciéndolo todo muy sencillo y filtrado para el conductor, para primar la comodidad. En cualquier régimen y velocidad engranada la más leve insinuación al acelerador provoca instantáneamente que aflore todo el potencial del V6, sin retardo y con unos cambios de marcha que solo podemos de calificar como inmediatos y lo más importante, inapreciables.
Activado el modo Sport, el Macan deja entrever el potencial deportivo del que dispone, se eleva el limitador de revoluciones para engranar velocidades superiores, se radicaliza la respuesta del acelerador y la suspensión activa se endurece, ofreciendo un tacto y sonido muy deportivos.
El comportamiento del Macan en este modo es más racing, añadiendo a la eficacia y comodidad que dispone, de la diversión y sabor deportivos que buscan los clientes en este tipo de modelos.
El modo Sport Plus, presente con la opción PASM, y que equipaba nuestra unidad de pruebas extrema aún más el comportamiento del modo Sport, llegando a retrasar el cambio de velocidades hasta las 6.000 vueltas, lo que ejemplifica la radicalidad que alcanza.
Sensaciones
Tanto en autopista como en carretera, sin importar el estado del firme, el comportamiento del Macan es absolutamente neutro. Se muestra impertérrito ante cualquier imperfección, haciendo sentir al conductor que en todo momento va sobre raíles.
A gran velocidad digiere las curvas completamente plano, sin duda gracias a los avanzados sistemas de que dispone su bastidor, creando la sensación de que va imantado al asfalto, con una comodidad digna de una berlina de representación.
Incluso en carreteras en muy mal estado, de la que dimos buena cuenta en nuestro recorrido, el Macan parece flotar sobre los baches, no transmitiendo traqueteos molestos al conductor, que mantiene el control en todo momento, teniendo la percepción además, de que circula sobre un terreno en mejor estado.
En síntesis, el Macan Turbo es sorprendente y extremadamente cómodo y sencillo para la conducción diaria, carente completamente de los cabeceos e inercias de los vehículos de este tamaño y peso, a lo que se suma la practicidad de uso que ofrece su carrocería.
Lo que no le imposibilita para ser un gran modelo de conducción, ya que todo su potencial y refinamiento se alían, electrónicamente, para poder ofrecer al conductor, a su antojo, la mejor de las experiencias al volante. Sea cual sea el estado del firme.
Difícilmente clasificable en el segmento SUV, salvo por su tamaño exterior, su comportamiento y potencial lo alejan de todo lo que hay mínimamente parecido en el mercado, por lo que podemos afirmar que el Macan, por el momento, es único y sin rivales.
Queremos agradecer a los responsables del Centro Porsche Toledo el haber posibilitado este reportaje, y el agradable y profesional trato dispensado a esta redacción durante la realización del mismo.
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