Durante la presentación a nivel europeo en Barcelona, Mazda puso a nuestra disposición las dos motorizaciones posibles del MX-5, tanto el motor 1.5 Skyactiv-G de 131 cv como el 2.0 Skyactiv-G de 160 cv. Además como no podía ser de otra forma, la ruta aconsejada, que no obligada, transcurrió por carreteras secundarias llenas de subidas y bajadas y de curvas de todos los ángulos posibles para sacar el máximo partido de un coche de estas características.
Lo primero que vemos al abrir la puerta, es que no hemos hecho ejercicio suficiente durante el verano para un coche de estas características. Como se espera de un buen deportivo, la posición de conducción es muy baja. Una vez acomodados toca comprobar cómo Mazda ha aplicado su filosofía Jinba Ittai al nuevo MX-5 y la verdad es que nos encontramos perfectamente centrados respecto a pedales, volante, palanca de cambios y demás controles. Tal vez si hay que buscar una pega, es que el freno de mano se encuentre a la derecha de la palanca de cambios y tenemos que estrirarnos algo más de lo habitual para activarlo y desactivarlo.
1.5 Skyactiv-G de 131 cv
El primer día llevamos en nuestras manos el 1.5 de 131 cv con el acabado Luxury. Dejamos la llave en su espacio, ya que el MX-5 se arranca por botón y ponemos rumbo a las carreteras de Barcelona. El GPS pronto comienza a darnos las indicaciones a través de los altavoces del asiento, lo que nos permite oirlo sin mucho esfuerzo, algo que se agradece al circular sin capota, ya que el día acompaña.
Pronto abandonamos la autovía y llegamos a las carreteras secundarias, llenas de curvas. Las suspensiones trabajan a la perfección y la conducción resulta muy cómoda. La respuesta del acelerador es rápida. También el sonido del motor a altas revoluciones es lo que se espera de un coche de este segmento. En el paso por curva el coche transmite una buena sensación de agarre y velocidad y además responde a la perfección en caso de tener que realizar cualquier corrección.
Por si fuera poco, cabe destacar, que al conducir tan cerca del suelo, la sensación de velocidad es alta incluso en velocidades de 80 km/h por lo que no hace falta incumplir ninguna norma de circulación o tener que ir a un circuito cerrado para disfrutar al máximo de esta máquina.
2.0 Skyactiv-G de 160 cv
El segundo día cambiamos de motorización y equipamiento. Pasamos a la versión 2.0 de 160 cv de potencia y con acabado Luxury Sport. Los asientos Recaro nos envuelven nada más sentarnos y una vez en carretera también notamos el cambio a la suspensión deportiva Bilstein, más dura y que no incorporaba nuestro primer vehículo.
Las sensaciones de respuesta son aún más rápidas que en el modelo de 131 cv. No obstante este aspecto por sí solo no nos haría decantarnos por la versión más potente, ya que con el motor 1.5 el nuevo MX-5 está más que sobrado.
Son de agradecer los sistemas de seguridad que incluye esta versión, como el aviso de ángulo ciego en el retrovisor, que nos alerta si un coche se acerca por uno de los carriles contíguos o el detector de tráfico trasero si realizamos maniobras marcha atrás.
Al adentrarnos en el tráfico, los semáfaros, pasos de peatones y demás componentes de la ciudad, pudimos hacer uso de los sistemas i-stop e i-loop que impidieron disparar el consumo del roadster, que se mantuvo en ambos casos dentro de los valores establecidos por la marca. Al finalizar las jornadas de pruebas, en ningún caso llegamos a los 7 l./100km de consumo medio.
Conclusiones
El nuevo Mazda MX-5 es un coche noble, rápido y muy divertido. Además su precio de salida de 25000€ sin aplicar los descuentos de lanzamiento (puede quedar en poco más de 22000€), harán que más de uno se plantee su adquisición. Es un coche ideal para viajes cortos al que le sacaremos más partido por carreteras secundarias y tiene poco o nada que envidiar a coches más caros del mismo segmento.
Parte 1: Interior, exterior y conectividad.
Parte 2: Motorizaciones y sistemas de seguridad.
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