Prueba del Seat León SC 1.4 TSI 125: Análisis

El nuevo Seat León ya lleva unos años en el mercado. Presentado en 2012, el nuevo compacto de Seat ha evolucionado como el resto de la gama hacia unas líneas más sobrias y simples, pero resultonas y que a todas luces funcionan bien. Dotadas de los rasgos estéticos más en boga, como son las aristas y ángulos marcados, en detrimento de las más originales líneas de la generación pasada de la gama del fabricante español.

Con este movimiento estético se acompañó también la adopción de la plataforma MQB, empleada entre otros por el Golf y el Audi A3, lo que explica de entrada el resultado general del nuevo León, que irremediablemente recuerda a estos modelos, con la salvedad de disponer de unos acabados y elementos de confort de corte más económico, en aras de aquilatar el precio final en el concesionario.

Aunque precisamente su personalidad más económica no es uno de sus inconvenientes, ya que para aquellos usuarios que gustan de usar la calculadora a la hora de elegir automóvil, el precio del nuevo León hace que los números del modelo sean más redondos.

Técnica y equipamiento

El rasgo más llamativo sin duda es que la motorización es compartida con los Golf y A3, modelos de mayor calado y por tanto precio, además del propio bastidor, aunque el tren trasero no es tan elaborado como los empleados en esos modelos. No obstante en la versión probada, la SC de tres puertas equipada con el motor 1.4 TSI de 125 caballos y caja de seis relaciones manual responde perfectamente, tanto por respuesta como por agrado de conducción, siendo muy silencioso además de mostrar una respuesta rápida a la respuesta del acelerador, de hecho, se siente más potente de lo que realmente es. Esto último es habitual en todos los modelos del Grupo.

En lo tocante al confort de marca es inevitable volver a mencionar al Golf, ya que tanto la suavidad de manejo como el los propios mandos recuerda al célebre modelo alemán. Desde el estudiado sonido de cierre de la puerta hasta el tacto de la dirección o pedales rezuma personalidad Volkswagen por los cuatro costados, aunque no llega a la altísima calidad percibida a los ejemplares alemanes del Grupo, en los que la compañía se emplea más a fondo.

Una vez a bordo, encontramos todo el equipo de serie que esperamos ver en un modelo de su tamaño y precio, sin que destaque o nos sorprenda algún elemento, como es habitual en otras marcas que militan este segmento.

Cuenta de serie con llantas de aleación de 16 pulgadas, sistema de audio con 6 altavoces, climatizador bizona, asientos delanteros con desbloqueo del respaldo (con función Easy Entry), elevalunas eléctricos, Bluetooth y en el apartado de seguridad cuenta con ESC, faros antiniebla con función cornering y airbags laterales y de rodilla para conductor y acompañante.

En definitiva, sobre el papel, a pesar de no ser el más económico del segmento, presenta una configuración que sí bien está en la media, su resultado general está por encima. Lo que permite acceder a uno de los compactos de mas tecnología y agrado de uso del mercado por una factura sensiblemente inferior a la de modelos como el Golf o el A3, aunque sin el equipamiento y acabados premium de estos.