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PRUEBA

Motor y Racing se pone al volante del Subaru BRZ (pt. I)

Te contamos toda la experiencia vivida a bordo de uno de los vehículos más esperados, deseados y emocionantes de los últimos años.

Motor y Racing se pone al volante del Subaru BRZ (pt. I)

Motor y Racing se pone al volante del Subaru BRZ (pt. I)

Es uno de los coches más esperados de los últimos tiempos, uno de los conceptos automovilísticos más emocionantes desde hace demasiados años, un vehículo que ha nacido para marcar una referencia y acabar siendo un mito en el campo de la automoción y, como no podía ser menos, las ganas de ponernos al volante del nuevo Subaru BRZ eran tremendas.

La propuesta es toda una declaración de intenciones: peso reducido, potencia moderada, tracción trasera y un precio asequible. Todo lo que un amante de la conducción sueña con tener. Si a eso le sumamos un chasis puesto a punto por uno de los especialistas en crear coches homologados, tanto para circular por carretera ordinaria como por la misma cuando si cierra al tráfico y se transforma en un tramo de rallie, las ganas por ponerlo a prueba crecen aún más.

La llegada a la bandeja de correo electrónico de una invitación de Subaru para presentarnos y disfrutar durante un tiempo el BRZ llegó el día de mi cumpleaños y como cualquier regalo más, me hizo una ilusión tremenda porque este coche me emociona tanto por concepción como por prestaciones y, porque no decirlo, por ser una opción personal real de compra, algo que pocos vehículos de los que os hablamos en Motor y Racing pueden cumplir. Igualmente, ser uno de los pocos privilegiados que ha tenido la suerte, ya no solo de contemplar uno, sino de conducirlo, para mí es todo un orgullo y un buen regalo.

Así, nos ponemos en el día fijado para la prueba, el cual, desde la mañana, amenazaba lluvia. Por suerte tan sólo las oscuras nubes que veréis de fondo en las fotografías fueron recuerdo continuo de la finalmente ausencia de precipitación.

Llegados al concesionario, nos encontramos con un resplandeciente BRZ azul "Subaru", mítico color al que recurren los seguidores de la marca sobre todo inspirados en las decoraciones de sus coches de competición y que será exclusivo para la marca.

El Sol aumenta la belleza de este coche, cuya primera impresión que me deja es que es más pequeño de lo que esperaba. Si bien me imaginaba un tamaño similar al Impreza en su versión sedán, el tamaño se queda cercano al de Mercedes Benz SLK. Junto a éste, dos hermanos más en un sobrio pero precioso gris.

Motor y Racing se pone al volante del Subaru BRZ (pt. I)

Ya dentro del concesionario y tras la cortés presentación del personal encargado de la reunión, tenemos una breve charla sobre el coche, sobre Subaru y también con su relación directa con su hermano gemelo, el GT 86 de Toyota.

Se nos remarca que este coche viene a ser el exponente máximo de la nueva generación de mercado de Subaru en Europa, que se busca que, junto al VX y al nuevo Impreza, el crecimiento de la marca en nuestro continente y, más concretamente en España, suponga una nueva época para esta firma con tan buen prestigio fuera de nuestras fronteras y tan poco conocido dentro de ellas.

Terminada la exposición por parte de Guillermo Pérez-Medina, Jefe de Prensa de Subaru, nos repartimos en los tres BRZ disponibles actualmente en España: los dos de color gris, uno manual y otro automático y el azul también con cambio automático. El azar nos dirige hacia el plateado de caja controlada por el propio vehículo y es entonces cuando llegan las primeras impresiones.

Ya dentro del vehículo, ajustamos el asiento del copiloto dado que, en un primer momento, será éste mi lugar ya que comparto coche con un compañero del mundo de la información automovilística.

El entorno es realmente acogedor, los asientos me envuelven por completo, parece que están hechos para una persona de mi complexión (1,80 de altura, 72 kg de peso) y se respira una calidez ambiental conjugada con unos acabados de buena calidad y apariencia, quizás sencillos pero prácticos que, al fin y al cabo es lo que importa cuando uno busca un coche con el que disfrutar conduciendo y no presumir con los compañeros de trabajo de la cantidad de voces disponibles que su navegador dispone.

Como luego comprobaría, la visibilidad delantera es estupenda, veo prácticamente todo el capó yendo sentado en una posición baja, aunque mis ojos quedan por encima del volante.

Me encanta la elevación del paso de rueda delantero, esa protuberancia que veo levantarse a la derecha del "horizonte" del BRZ me parece una preciosidad. Contemplo por mi lado derecho el gran tamaño de los retrovisores, si bien el espejo de cristal es de un tamaño adecuado, el conjunto que forma con la carcasa y el brazo que lo sujeta a la carrocería, desde dentro, se ve enorme.

La visibilidad a través de las ventanillas es muy buena y, en giros cerrados, aunque pudiera parecerlo, el retrovisor lateral no molesta en absoluto y se ve perfectamente todo lo que viene frontal y lateralmente. Por otro lado, pude comprobar una vez estuve sentado en el asiento del conductor, que la vista por el retrovisor interior es muy buena, los 180º que permiten observar los tres espejos sorprenden en el caso de estar en un cupé.

El espacio que tiene la plaza delantera del acompañante permite viajar cómodamente. Se pueden estirar las piernas si se es de una estatura incluso ligeramente superior a la mía. Por ponerle alguna pega, la posición del respaldo en su zona lumbar me resultó incómoda. Parece estar ligeramente por delante del resto de la espalda lo que acaba siendo molesto. No supimos encontrar solución al respecto, ni la regulación de la inclinación del respaldo, ni la altura del sillón, ni la distancia más adelantada o retrasada del propio asiento...

La plaza del conductor tiene absolutamente todo lo necesario a mano. El cuadro de relojes es perfectamente visible independientemente de que la posición del conductor sea más alta o más baja. Los botones que controlan la información del sencillo ordenador de a bordo nos muestran los datos básicos (consumo medio, instantáneo, temperatura exterior... datos que no te hagan distraerte más de la cuenta) se sitúan a la izquierda de dicho espacio dedicado a la velocidad, revoluciones y marcha que, si algo hay que criticar, es la inutilidad del velocímetro analógco que, además, por su medición de hasta 260 km/h, a veces hace perder tiempo buscando la aguja en una posición media-alta cuando se circula por encima de los 120 ya que está más próxima a la zona de baja velocidad que de alta. Cierto es que la presencia de este indicador queda, al menos por mi parte, anulada puesto que un indicador digital nos puede señalar igualmente, de forma más precisa y visible la velocidad con la que se circula.

Motor y Racing se pone al volante del Subaru BRZ (pt. I)

Se agradece una consola central con solo un puñado de botones cuyo accionamiento se realiza de una forma realmente sencilla: arriba o abajo, on u off, encendido o apagado, es muy muy elemental pero tiene un toque de elegancia propio de modelos que, intrínsecamente, te ganan por esa facilidad que tienen para encontrar y poner en marcha o desconectar,lo que buscas aún cuando a penas pasan unos minutos desde que hemos entrado en el coche.

Esta consola central se extiende a las plazas traseras mediante un plástico rígido que separa igualmente las delanteras, algo que no me acaba de convencer puesto que, si bien es cierto, lo peor de este coche es el espacio de los asientos posteriores: meramente testimoniales para un adulto de más de 1,60m.

Motor y Racing se pone al volante del Subaru BRZ (pt. I)

Como digo, la configuración 2+2 da pie a pensar en la posibilidad de ser un vehículo capaz de transportar a cuatro personas, pues bien, esto ha de olvidarse. Cuando nos detuvimos para realizar las fotografías, le pedí a mi compañero de pruebas que me tomara la imagen que veis.

Motor y Racing se pone al volante del Subaru BRZ (pt. I)

Como se observa, una persona de mi altura llevaría las rodillas clavadas en el respaldo del conductor, o lo que es lo mismo, en la propia espalda de quien conduzca eso sin contar la presión que sobre mis empeines hacía la parte trasera del sillón delantero. Es decir, mejor considerar este cupé como un biplaza o bien solo apto para familias con descendencia menor a 12 años.

No dudamos que para los creadores de este vehículo, los japoneses, detrás quepan dos adultos, pero al menos en Europa, estos dos adultos solo podría ir muy cómodamente sentados delante. Quedan las plazas traseras para dejar alguna mochila o bolso.

Motor y Racing se pone al volante del Subaru BRZ (pt. I)

El maletero es otro cantar: al menos una maleta de gran tamaño cabe sin problemas, eso sin contar con el espacio que quedaría disponible junto a ésta donde podrían meterse otras bolsas que no sean rígidas.

Volviendo a las plazas traseras, el puente de plástico rígido que las separa pone las cosas difíciles tanto al entrar como al salir del BRZ, si bien la regulación e inclinación de los asientos delanteros no supusieron mayor problemas que como pueda ocurrir en el acceso a otros vehículos de tres puertas, el hecho de contar con unos 20 cm menos en la parte central dificulta los movimientos y el apoyo de los pies en el suelo.

Volviendo a la experiencia de conducción, la posición de cuerpo en el asiento del conductor me permite divisar absolutamente todo lo que se me viene encima: kilómetros y kilómetros de asfalto.

La ruta que nos propone Subaru es de unos 100 km, casi dos horas para disfrutar de la conducción, analizar su comportamiento, apuntar y memorizar momentos determinados para luego poder hacéroslos llegar. Así que, estad pendientes de la segunda parte de la prueba: la del análisis dinámico del Subaru BRZ.

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