A mediados de año pasado, tuve la oportunidad de ponerme al volante del Volvo V60, en esta ocasión con la variante D4 Automática y acabado Summum, el más alto de la gama junto con el R-Design. Anteriormente, a finales de 2014, también tuve una semana conmigo el V60 D3 Momentum con cambio manual de seis marchas y a continuación vamos a realizar una comparativa entre ambas versiones, descubriendo si compensa pagar los más de 5.000 Euros de diferencia que existe entre el D3 Momentum y el D4 Summum automático, así como las diferentes mecánicas.
El Volvo V60, en cualquiera de ambas versiones, es un familiar fantástico y lo es no solo por la calidad de sus acabados, por ser un vehículo Premium o estar firmado por una compañía de referencia, si no también por la suavidad de rodadura o por la enorme cantidad de sistemas de seguridad que ofrece a sus ocupantes, empezando por el equipo de frenos, como siempre en Volvo de los mejores del segmento. Por supuesto, el equipamiento es de lo más completo, destacando un equipo de sonido de alta fidelidad que enamora a los oídos.Mecánica
Bajo el capó, nada es igual entre el D3 y el D4. El primero de ellos cuenta con un motor diésel de cinco cilindros en línea y 2.0 Litros de cubicaje. Dispone de inyección directa de carburante y 136 CV, una potencia que se transmite al eje delantero a través de una caja de cambios manual de seis relaciones mientras que el D4 hace gala del nuevo propulsor Volvo de 2.0 Litros diésel, esta vez con cuatro cilindros, 181 CV y un refinamiento superior. La caja de cambios automática es de tipo convertidor de par y dispone de ocho marchascon levas tras el volante.
La versión D4 con 181 CV es la primera versión diésel de la nueva gama de motores Drive-E, que incluye también dos mecánicas gasolina. La principal novedad es la tecnología i-Art, capaz de medir en cada momento la presión en cada uno de los cilindros para adecuar la cantidad de combustible necesaria que hay que inyectar para optimizar el rendimiento del motor obteniendo el mínimo gasto de combustible posible. Estos motores también destacan por su ligereza, factor que ayuda también a reducir el consumo.
Esta tecnología se nota y mucho. En nuestro recorrido habitual de pruebas, con el D3 manual el consumo medio, durante 180 Km, fue de 5,6 Litros/100 Km mientras que en el D4 consiguió bajar a los 4,7 Litros/100 Km. Ello se debe también al uso de una transmisión automática de ocho relaciones, ofreciendo dos marchas de desahogo que el D3 manual no tenía.
Volvo V60 D4 automático
El D3, a diferencia del D4, se nota menos refinado a la hora de acelerar, con un sonido, que aunque sin llegar a ser fuerte o molesto, puede no ser del agrado de todo el mundo o lo que cabe esperar de un motor Premium diésel de 2.0 Litros. La diferencia de potencia y par se hace patente, principalmente cuando aceleramos a fondo. El D3 responde de manera correcta, permitiendo llevar ocupantes y disponer de prestaciones decentes en un viaje mientras que el D4 se encuentra a otro nivel. Es un motor al que le gusta correr y subir alto de vueltas, cambiando a 4.000 rpm con la leva derecha de aluminio mientras hacemos un amago de quedarnos pegado al asiento.
Las suspensiones no están pensadas para una conducción deportiva y resultan algo blandas. Sin duda es un coche donde el confort prima por encima de la deportividad. Aún así, gracias al elevado agarre de sus neumáticos y las prestaciones que proporciona el motor de 181 CV, el Volvo V60 tiene un desempeño bueno por carreteras reviradas aunque el elevado peso se hace notar cuando de verdad buscamos las cosquillas al chasis, provocando subvirajes que rápidamente son corregidos por el Control de Estabilidad. Un BMW Serie 3 o un Audi A4 son más rápidos en curvas aunque no más cómodos en autopista, el hábitat natural de este vehículo, donde los límites de velocidad impiden que podamos llevar al D4 al ritmo que es capaz de ofrecer.
El V60 D4 Summum venía de serie con llantas de 17 pulgadas mientras que el V60 D3 Momentum lo hacía, previo paso por caja, con unas de 18 pulgadas, más bonitas, atractivas e incomodas, esto último debido al menor perfil del neumático, que provoca una ligera reducción de la amortiguación y que por tanto el conductor nota más fielmente cada grieta o bache de la carretera.
Aunque más incómodas, estas llantas de 18 pulgadas, al ir montadas con neumáticos de mayor anchura y tamaño, ofrecían un extra de agarre apreciable cuando apretamos el acelerador a fondo en una carretera de curvas o por el contrario en la frenada, necesitando cuatro metros más para detener el V60 con llantas de 17 pulgadas desde 100 Km/h a 0.
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