Uno de los sistemas que deben ser supervisados periódicamente y que normalmente no se les presta atención en las revisiones básicas de nuestro coche es el de amortiguación. Existe la creencia de que los amortiguadores pueden perfectamente estar en buen funcionamiento durante la vida de nuestro coche, pero en verdad deben revisarse de forma periódica ya que su estado representa gran parte de una conducción segura, brindándonos una buena maniobrabilidad y por supuesto el confort de nuestro vehículo.
Los conductores no sacrifican la comodidad y mucho menos la seguridad a la hora de conducir un coche, es por ello que, los amortiguadores son los principales elementos que forman parte de la conducción segura, trabajando estos en conjunto con el sistema de frenos y los neumáticos; afectándose en gran parte si la amortiguación no esta trabajando correctamente. Teniendo estos tres puntos en perfecto estado nuestro coche se comportara de forma efectiva y reactiva a la hora de conducirlo tanto en condiciones normales como en condiciones adversas como por ejemplo la lluvia.
La función principal de los amortiguadores y como trabajan en el coche
La amortiguación es el sistema mecánico que tiene como función principal mantener las cuatro llantas de manera firme en el asfalto transmitiendo, suavidad al manejo y a su vez encargándose de la tracción firme al momento de realizar maniobras como lo son una frenada brusca o el manejo en carreteras con curvas. Esa es su principal función, y la cumplen a diario, desde que iniciamos el movimiento.
Su verdadera prueba de resistencia, o donde mas trabajan es en la absorción de las irregularidades de la carretera que transitamos, como son baches, deformidades o resaltos. Otra de las funciones mas pesadas es cuando el vehículo se encuentra cargado, bien sea por cuestiones de trabajo o simplemente cuando se viaja con la capacidad de pasajeros al máximo permitido en el coche; en este momento un buen sistema de amortiguación es indispensable para lograr el confort necesario y la estabilidad al conducir con peso. Están diseñados para que tengan mucho aguante y una vida útil prolongada, pero al tratarse de una pieza mecánica que se encuentra en constante uso pueden llegar a dañarse.
Los amortiguadores en buen estado y conservación nos permiten, en primer lugar, frenar con eficacia, en cualquier condición que se encuentre el terreno o carretera que estemos transitando, ya que al encontrarse los neumáticos con buen agarre al piso la frenada se reducirá en distancia; en la misma frenada nos dará seguridad y firmeza al mantener el vehículo estabilizado, evitando que pueda perderse el control hacia los lados.
En segundo lugar mantienen el centro de gravedad del coche en estado de control, contrarrestando cualquier consecuencia del cambio repentino del reparto de la masa del mismo, como ocurre al girar en una curva de forma equivocada o al frenar de manera rápida donde el peso del vehículo se va todo para adelante. Como tercer punto importante en la conducción con unos buenos amortiguadores, absorberán todas las irregularidades del terreno por el cual se transita, evitando así la pérdida de contacto del neumático con el suelo y logrando así una conducción confiable y estable.
Si los amortiguadores se encuentran deteriorados en las condiciones vistas anteriormente, el coche se tornara totalmente inestable ya que no tendrán la capacidad de mantener el neumático de forma firme pegado al asfalto, rebotando tanto a la hora de frenar como de tomar una curva. El coches es un plano que se apoya en el piso con los cuatro neumáticos al suelo, si los cuatro amortiguadores funcionan estos se mantendrán al mismo tiempo en el suelo, de encontrarse uno en mal estado ese dejara de apoyarse, bloqueando la rueda o no permitiendo el agarre necesario para tomar una curva; teniendo como consecuencia la pérdida de control momentánea o total de la conducción
Como puede llegar a detectarse el deterioro en los amortiguadores
Como se explico anteriormente, la función principal del amortiguador es absorber rápidamente las irregularidades de la carretera que se transita, regresando a su posición de reposo en un lapso de tiempo prácticamente imperceptible, para que así se neutralice el efecto que podemos sentir en la conducción y en el habitáculo de esas imperfecciones del terreno.
Por eso si deseamos saber si el amortiguador se encuentra en perfecto estado, se puede realizar una prueba muy sencilla en casa. La prueba consiste en comprimir el amortiguador y dejar que el mismo se descomprima y observar como lo hace, para ello debemos tener en cuenta lo siguiente:
1 Nos colocamos encima del amortiguador que se quiere probar, ponemos las dos manos sobre el mismo en su parte superior para ejercer la presión hacia abajo.
2 Hacemos presión hacia abajo comprimiéndolo contra el suelo con todo el peso de nosotros mismos y así lograr el mayor recorrido posible.
3 Cuando hagamos esto debemos soltarlo para que el mismo vuelva a su posición original.
4 Si regresa a su posición original sin observar ningún tipo de rebote o que se detenga es un buen indicador; si al contrario vemos que el mismo rebota y pierde la amplitud al hacerlo debemos dejar chequear el mismo por un taller especializado.
5 Esta prueba debe realizarse con cada amortiguador ya que los mismo trabajan de forma independiente en el coche; el hecho de que uno se encuentre bien no es indicativo para que los demás lo estén también.
Es bueno supervisar el estado de los amortiguadores de esta forma, pero no es necesario hacerlo de forma tan seguida, al contrario, en caso de sentir el coche más blando o suave de lo normal podemos realizar este procedimiento; al igual que si notamos que al transitar por un bache el mismo queda rebotando. Es importante que se mantenga el estado de los mismos ya que al deteriorarse, si no tomamos previsiones, pueden dañar los neumáticos haciendo que estos se escalonen y transmitan vibraciones al conducir. Ya sea por seguridad, confort o sencillamente para que no nos incremente un gasto ocasionándole daños a otras partes de nuestro coche, el sistema de amortiguación no debe tomarse a la ligera.
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