La reprogramación de la centralita del coche, o mejor conocida como chip tuning, es un modo bastante habitual que se utiliza con el fin de mejorar el par de potencia del motor, modificando los parámetros originales con los que viene nuestro vehículo desde la ensambladora. Además de lograr aumentar la potencia del coche, tiene funciones para modificar el consumo junto con otras utilidades.
En la década de los 90, los coches empezaron a incorporar la electrónica como parte fundamental en el funcionamiento del motor; la inyección se volvió cada vez más común, y con ello la utilización de centralitas que manejan toda la información del coche y su comportamiento. Con ello, comenzó la reprogramación de las mismas, siempre con la intención de ganar un poco más de prestaciones sobre las que nos aportaba el coche en su modo original.
La reprogramación de la centralita no es más que el cambio en los parámetros del proceso de inyección del coche, con la finalidad de aumentar el par motor y la potencia del mismo, logrando así una mejora en las prestaciones, aumentando la aceleración. En vehículos con sistemas de turbo compresor o turbos cargadores es más notable este trabajo. En los coches naturalmente aspirados en alguno de los casos llega a ser hasta contraproducente. El ingreso a los parámetros de la ECU de nuestro coche permite la manipulación de muchas cosas, como por ejemplo, se puede anular el filtro de partículas, modificar la sensibilidad del acelerador o eliminar el limitador de velocidad, así como tantas cosas más.
De igual forma si a nuestro coche con motor estándar le agregamos algún componente como lo es un turbo compresor, mediante la reprogramación podemos modificar los parámetros para que así la gestión del motor sea acorde al accesorio que se le está agregando.
Como se realiza la reprogramación de la centralita
Internamente la centralita del coche (ECU), se encarga de supervisar el funcionamiento del motor, utilizando información proveniente de las revoluciones, la temperatura del motor y densidad del aire que ingresa al sistema de admisión. Al procesar todos estos datos, los mismos pasan por un chip denominado EPROM que contiene los criterios ideales de funcionamiento del motor; en este punto es donde debe influir la reprogramación, modificando esos parámetros ideales por unos que mejoren la prestación general del motor.
Normalmente los ajustes o modificaciones se realizan a través de un ordenador conectado a la toma OBD donde regularmente se realiza la diagnosis del coche. Este método denominado no invasivo suele leer los datos de serie de la ECU y los mejora sin tocar la parte física de la misma. Dependiendo del tipo de ECU, se utiliza un conector directo a la misma para la modificación de los parámetros. Al realizarse a nivel de software, la modificación se vuelve indetectable a la vista. Entre los parámetros modificables para mejorar la potencia, normalmente se cambian la presión de la inyección y el avance de encendido.
A diferencia de la programación directamente por el puerto OBD de diagnóstico o el conector de la ECU; tenemos las centralitas que van entre el sistema de inyección y la computadora de fábrica. Se obtienen los mismos resultados que con la reprogramación solo que esta va conectada entre ambos sistemas. Los conocidos Tuner o reprogramadores, son las personas que conocen de la materia y realizan estos trabajos; cuentan con varios tipos de reprogramaciones con resultados de aumentos de potencia moderados o a medida. El tipo hecho a medida es más costoso, ya que tiene procedimientos como lo son el paso del coche por un dinamómetro de potencia para así lograr los resultados mucho más precisos.
Beneficios de la reprogramación diferentes al aumento de potencia
Mediante la reprogramación de la centralita debemos tener en cuenta que, al tener más potencia, mayor será el consumo de combustible ya que aumentará la presión en la inyección y por lo tanto la aceleración del coche. Pero a su vez reprogramando lograremos modificar más parámetros que lograrán que el aumento de potencia sea a un par más bajo de revoluciones lo que puede ayudar al consumo, puesto que no se necesita exigir tanto el motor para lograr la potencia deseada.
Es posible de esta forma bajar el consumo del coche, pero no porque el mismo gaste menos si no por lograr que la conducción sea mucho más eficiente a un régimen de bajas revoluciones, haciendo posible recorrer distancias largas sin exigir tanto el motor. Como se mencionó anteriormente, estas diferencias en consumo y potencia se apreciaran de mejor forma en motores con sistemas de turbo. Dependiendo del estilo de conducción, podremos sacarle provecho al consumo del coche después de una reprogramación de cualquier tipo.
Entre las preguntas más frecuentes encontramos la que mayormente preocupa a los interesados en este tipo de trabajo, y es si realmente se perjudica la vida del motor haciendo una reprogramación; la respuesta la encontramos en lo agresiva que sea la modificación que se le haga a la ECU original, encontrando que, si se modifica de forma que se aumente la potencia en un porcentaje mayor al 50% de la de fábrica, tendremos más posibilidades de causar averías que con una programación que solo aumente en un 10%.
Al reprogramar de una forma suave, afectando únicamente los parámetros originales o jugando con lo permitido por el fabricante, no se afectará de una forma muy pronunciada a la fiabilidad, y de igual forma, todo lo va a decir el estilo de conducción del propietario. Al conducir de forma agresiva exigiéndole mayormente al motor, va a ocasionar un desgaste excesivo de las piezas mecánicas y si se conduce de forma moderada el desgaste obviamente será mucho menor.
Por ultimo, debemos saber que la garantía de un vehículo de fábrica se perderá si la modificación a la ECU no se realiza en un taller oficial bajo supervisión de técnicos especialistas en la marca del coche. Para concluir, las ganancias con las reprogramaciones dependerán de cómo se conduzca el coche y que tan agresiva sea la modificación de los parámetros.
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