Jari-Matti Latvala consigue, por fin, coronarse vencedor en el Rally de Gran Bretaña, dando la sorpresa en una prueba en la que, en principio, habían de ser absolutos protagonistas, y candidatos a la victoria, tanto Sebastien Loeb como Mikko Hirvonen. Pero, en un fin de semana cargado de sorpresas, ha sido Latvala quien ha finalizado en primera posición en la tabla de tiempos.
El Rally en Gales, en todo caso, ha estado marcado por la disputa del título mundial entre Loeb e Hirvonen. Este último, se retiró el viernes, al dañar seriamente el radiador de su Ford Fiesta WRC, tras una salida de pista. Con la retirada del finlandés, Loeb se coronaba, automáticamente, Campeón del Mundo. Fue entonces cuando el francés y Latvala mantuvieron un mano a mano, disputándose la victoria del Rally de Gran Bretaña.
Un pulso al Campeón
Contra todo pronóstico, Latvala remontó la distancia con Loeb en la jornada del sábado, pilotando en los tramos de la tarde a un nivel estratosférico, que le situaron como líder. Finalmente, lo que prometía ser un duelo fraticida durante la jornada del domingo, se resolvió de forma inesperada, tras el obligado abandono de Loeb, en un tramo de enlace, al impactar contra el vehículo de un aficionado. Tras el abandono de los favoritos, Latvala ha podido pilotar de forma más relajada y conservadora, puesto que la distancia que mantenía respecto al resto de rivales era poco menos que inalcanzable, llegando a ganar por casi cuatro minutos.
El piloto de Ford se mostró pletórico tras obtener la victoria, la primera del 2011: "Es una gran sensación porque ha sido muy estresante y frustrante desde mi última victoria en Finlandia la temporada pasada", dijo Latvala. "Es una gran manera de terminar la temporada 2011".
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