Después de la victoria en el Rally de México, nadie puede tener dudas sobre el equipo Citroën, ni dudas sobre su capacidad para volver a crear un coche ganador, ni dudas sobre el gran talento y velocidad de sus dos pilotos, Sebastian Loeb y Sebastien Ogier.
Lo que sí se debería poner en tela de juicio son las decisiones de su controvertido jefe de equipo, Olivier Quesnel. A estas alturas de campeonato que intente dar órdenes de equipo al 'caníbal' Loeb para favorecer a su niño mimado Ogier, es un grave insulto al hombre que ha hecho ganar el campeonato a Citroën los últimos siete años.Tal vez pretendía que Loeb escoltara a Ogier durante la última jornada del Rally de México para firmar el primer doblete de la temporada de Citroën, pero Loeb hizo caso omiso a las órdenes de Quesnel y salió a por todas el domingo, hasta que Ogier sucumbió ante la presión y arrancó una rueda de su DS3 dejando en bandeja de plata la victoria a su compañero.
Quesnel una vez más se vuelve a equivocar al dar órdenes de equipo a diestro y siniestro, órdenes tanto en el WRC con Citroën, como con Peugeot en Le Mans y en el IRC (recordemos recientemente lo ocurrido en el Rally de Montecarlo, cuando obligó a Sarrazin a dejar el tercer puesto a Wilks el último día). Quesnel debe pensar y analizar la nueva situación en el equipo. En los últimos años Dani Sordo siempre se comportó como un fiel jugador de equipo, sacrificándose muchas veces a favor de su jefe de filas y conservando segundos puestos para sumar puntos en el campeonato de marcas. Pero sin embargo, Ogier sólo tiene en mente una cosa: batir a Loeb.
Ante el posible problema interno que se avecina en Citroën, los rivales no han dejado pasar la oportunidad de hacerse con los servicios de la estrella del equipo, Sebastien Loeb, como así lo demuestra la superoferta de 10 millones de euros que ofreció Volkswagen. Todavía no sabemos si Loeb desea seguir en el WRC, o pasar a formar parte a tiempo completo del equipo Peugeot en la Le Mans, pero en cualquier caso la oferta es cuanto menos atractiva. Situaciones como éstas son las que debe gestionar Quesnel y no la del orden en el que van a llegar a meta sus pilotos a principio de temporada.
Este fin de semana se celebra el Rally de Portugal, un rally que trae muy buenos recuerdos a Ogier ya que el año pasado consiguió su primera victoria en el WRC. Así que a buen seguro las tierras portuguesas nos volverán a mostrar una nueva lucha encarnizada entre Ogier y Loeb.
Después de ver cómo acabó el anterior rally, seguro que Petter Solberg y los pupilos de Malcom Wilson ya se están frotando las manos.
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